El Oviedo acabó con la racha victoria del Celta, que ayer no estuvo a un buen nivel en su visita al Requeixón. El equipo de David de Dios acusó en exceso la ausencia de Brais, y el equipo no encontró el camino.

Los asturianos hicieron una presión en el centro del campo que consiguió ahogar la línea de creación céltica. Los vigueses, sin la posesión del balón lo pasan francamente mal, y de eso se aprovechó el cuadro asturiano para dominar el encuentro.

El partido se rompió muy pronto, pues a los catorce minutos de juego Pablo Rodríguez adelantaba al Oviedo en el marcador. El Celta no encontraba su sitio, pero conseguía llegar al final de los cuarenta y cinco minutos con una desventaja mínima en el marcador.

De Dios movió el banquillo tras el paso por el vestuario, pero cinco minutos tras el inicio del juego encajó un segundo tanto que terminó por hundir totalmente el equipo. Para colmo de males, pocos minutos más tarde el equipo vigués se quedaba con un hombre menos sobre el terreno de juego, por lo que pensar en la remontada era algo realmente complicado y el final del partido llegó sin más contratiempos.