Es el hombre de Eduardo Berizzo. Pablo "Tucu" Hernández desembarcó en el verano de 2014 de la mano del preparador argentino. Las lesiones y el proceso de adaptación que suele tener todo jugador que llega al Viejo Continente despertaron las dudas de un sector de la grada que cada vez se ha ido reduciendo. En este curso, el chileno está siendo determinante no sólo a balón parado, sino que en las últimas citas se ha erigido en una de las referencias del cuadro celeste. Sin él sería imposible entender los triunfos ante Sporting de Gijón y UD Almería.

La confianza de Berizzo siempre la tuvo. La estadística confirma que Hernández es indiscutible para el preparador argentino. El "Tucu" ha jugador todos los partidos de la presente temporada. Trece en Liga y uno en Copa del Rey, una cifra que sólo igualan Iago Aspas y Daniel Wass. El exfutbolista de O´Higgins se pierde la cita del Benito Villamarín por acumulación de amarillas. Su baja es sensible. El Celta perderá centímetros, no podrá contar con un jugador clave en el juego aéreo y determinante en la elaboración y desarticulación del adversario.

Los números de Hernández mejoran a medida que avanza el curso. Es uno de los futbolistas que más faltas recibe y, curiosamente, es el céltico que más infracciones le sancionan los colegiados. A balón parado nadie discute su poderío. Además, el jugador nacionalizado chileno puede actuar tanto en el doble pivote como de enganche. Está en plena madurez futbolística, adaptado al fútbol europeo y con la confianza ya de prácticamente toda la afición. Sólo tiene una cuenta pendiente: anotar uno de sus golazos en Balaídos.