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deportes de contacto

Loureiro se estrena en el extranjero

El prometedor pupilo de Simón González peleará en Amiens por el título mundial júnior de savate

Alberto Loureiro. // Berto López

"Ha sido un año redondo", conviene Alberto Loureiro. El joven discípulo de Simón González se asienta como gran talento gallego en diversos deportes de contacto. En 2015 ha sido campeón gallego y bronce nacional de boxeo, campeón de España y bronce europeo de kick boxing oriental, campeón gallego de full contact y campeón gallego de savate. Logros que a sus 18 años le han valido la medalla al mérito de la Xunta de Galicia. Loureiro, sin embargo, todavía quiere escribir un colofón que decore y mejore el año. Este sábado, en Amiens, una localidad francesa a 115 kilómetros de París, peleará por el título mundial júnior de savate. Ejerce de aspirante, con el local Adrien Vergne como defensor del cinturón. Un reto difícil, en territorio hostil, "pero puede dar la sorpresa", asegura Simón González.

El savate también se conoce como boxeo francés. Similar al full contact, aunque con matices propios: se permiten las patadas bajas (low kick en el argot) y también las laterales; los púgiles protegen sus pies con botas acolchadas, sin suela; llevan protecciones tibiales y mallas en el torso y las piernas; en el caso de los júniors, se protegen la cabeza con casco.

Si bien ligeras, las diferencias exigen una reprogramación constante. Loureiro, acostumbrado a la mayor transformación del boxeo, asegura: "Me adapto bastante bien. Algunas semanas antes de cada combate empezamos a entrenar de forma específica cada modalidad. No me cuesta nada".

Loureiro puede aplicar algunas de sus características propias a cada reto. "Casca, tiene seguridad sobre el ring y se entrena con seriedad. Tiene mucho futuro", enumera Simón González. Elogios de mentor orgulloso, pero también una aval de prestigio. El ourensano afincado en Vigo, que se mantiene muy activo pese a la lesión medular que le ha provocado paraplejia, fue campeón mundial de kickboxing en trece ocasiones.

La pelea por el título mundial júnior de savate presenta dificultades añadidas a la siempre áspera tarea de ser aspirante en casa del campeón. Simón González no ha podido encontrar vídeos de Adrien Vergne; apenas alguna fotografía que al menos les permite conocerlo antropométricamente. Vergne, en cambio, sí tiene a su disposición imágenes de Loureiro. "Supone una desventaja", admite Loureiro, aunque tampoco le descompone el misterio.

Simón González se toma el combate como una experiencia enriquecedora para su pupilo. Es la Federación Gallega de Boxeo la que ha apostado por el savate. Una disciplina regida en el concierto europeo desde Francia, más ordenada a nivel institucional que otras. El presidente federativo, Manolo Planas, acompañará al vigués hasta Amiens y quizás se ocupe incluso de darle instrucciones desde la esquina. Simón González está intentando encontrar una combinación aérea que le permite estar con Loureiro. La necesidad de un avión adaptado a su silla de ruedas le complica el desplazamiento.

En Amiens, la pelea entre Loureiro y Vergne será solo un plato secundario en una velada de cartel exquisito y con gran aparataje alredor. "Habrá televisiones, una orquesta... Alberto está en racha y va con muchas ganas. Solo temo que los nervios le puedan pesar e igual se bloquea", admite Simón González como principal temor. Un riesgo que su alumno descarta sin que asome el más mínimo temblor en su voz: "Es mi primer combate en el extranjero. Pero no voy a estar nervioso. Llevo varias peleas este año y me noto con madurez sobre el ring".

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