La "final" de necesitados jugada ayer en A Gándara quedó en casa para alegría del Caselas y desesperación de un Club Deportivo Lalín que mereció más, y que se hunde ahora aún más en el pozo de la clasificación. Sin embargo, los de Francis Sixto pudieron volver de A Gándara con algo positivo si no fuera porque su negación ante el gol de esta temporada les está costando muy caro. El partido fue jugado con muchas precauciones por parte de ambos bandos, sabedores de que el que primero anotara se llevaría la contienda. Los primeros 45 minutos se disputaron con mucha intensidad sobre un terreno de juego cuyas reducidas dimensiones favorecía a los locales, sobre todo por la envergadura de todos sus jugadores en el juego aéreo.

Sin embargo, el Lalín dio muestras de peligro antes del descanso por mediación de un disparo de Óscar y una llegada de Brais que no obtuvo premio ante Gabriel. Michi también tuvo que emplearse a fondo antes del descanso para desbaratar un mano a mano. El duelo llegó al recreo sin que el marcador se moviese después de un enorme esfuerzo de ambas escuadras.

Un despiste defensivo en la reanudación condenó a los visitantes. Corría el minuto 76 cuando el Caselas sacó con celeridad un saque de banda que terminó con un centro al área lalinista donde el balón fue despejado sin convicción. Sera, viniendo desde atrás, disparó fuerte y raso para anotar el único gol de la contienda y hacer respirar a los suyos en la clasificación. A partir de ese instante, el Lalín colocó a Gabri en el centro y a Cañón como central para ganar la batalla del medio campo. Un remate desviado de Yemba a falta de 20 minutos y dos disparos de Óscar con peligro fueron el escaso bagaje de los visitantes en el tramo final del choque. El mal resultado obtenido ayer en Salceda de Caselas podría hacer peligrar la cabeza de Francis Sixto como técnico rojinegro.