Está a punto de cumplir uno de sus sueños: volver a caminar. Nada parece detener a Fernando Cáceres en sus deseos de superación. El exjugador de Celta, Zaragoza y Valencia, entre otros, sobrevivió al disparo que recibió en la cabeza cuando unos atracadores lo asaltaron la noche del 1 de noviembre de 2009. Tras superar un coma de varias semanas, los médicos vaticinaron que tendría que pasarse el resto de su existencia en una silla de ruedas. A la fortaleza física que le permitió superar una situación crítica ha añadido una mentalidad indestructible.

El pasado lunes, su amigo y excompañero en el Zaragoza Xavi Aguado colgaba a través de su cuenta de twitter un vídeo en el que se ve a Cáceres dando unos pasos con un andador. "Una nueva lección de vida. Ejemplo de lucha y superación. Fuerza Negro, lo conseguirás", escribía Aguado.

Cáceres exponía sus deseos de volver a andar en una entrevista que concedió a mediados de octubre al periódico argentino Clarín. "¿Sueños? "Mis sueños son dos. Primero, sueño con caminar. Estoy haciendo rehabilitación en una pileta de natación todos los días. Si logré lo que logré hasta ahora sin parar, quién te dice que no se cumpla. No hay fechas. Después, sueño llevar el equipo hasta el Nacional B. Una locura. Pero se puede dar. Tengo jugadores interesantes y no creo en imposibles".

Nadie duda ya de que Cáceres volverá a caminar. En contra de los diagonósticos pesimistas de los médicos, logró sobrevivir al disparo que le destrozó un ojo y le perforó la base del cráneo. Ahora ya alterna la silla de ruedas con el andador. Y además de este descomunal reto de superación, el que fuera defensa central en la etapa más gloriosa del Celta -entre 1998 y 2004- ha iniciado un ambicioso proyecto deportivo: es el fundador de un equipo de fútbol: el Fernando Cáceres FC. Las instalaciones deportivas se encuentran en la localidad de La Matanza, donde Cáceres forma parte de un grupo de monitores que trabaja con futbolistas de entre 8 y 24 años de edad. El equipo de los mayores disputa la Liga de Luján. "La idea es darle comodidad a los chicos. Si llegamos a subir al Argentino C, ya hay viajes, esas cosas y tenemos que tener recursos", explicaba al diario argentino.

Sus ganas de superación no parecen tener límites. Cáceres tampoco olvida su preparación intelectual: "Llego a casa y trato de leer. Me incliné por la psicología social. Voy a la librería, busco. Me gusta saber sobre manejo de grupos, liderazgo. Me gustaría volver a estudiar, pero soy muy burro", añade.