"Podíamos montar un follón, dejar de competir en todas las categorías y que desaparezca la escuela o luchar como jabatos. Y hemos decidido luchar como jabatos", revela el presidente del Rápido de Bouzas, Manolo Seoane. El club boucense celebró ayer su asamblea de socios, tanto ordinaria como extraordinaria. Acosado en cuestiones económicas desde diversos frentes, el Rápido decide resistir. Son varias las medidas que activarán para lograrlo.

Pocas novedades en los puntos habituales de la agenda ordinaria. Los socios aprobaron las cuentas de la pasada temporada y dieron su beneplácito a un presupuesto de 305.000 euros. La cuestión crucial es cómo cubrir esta estimación de ingresos, ajustada al máximo a las necesidades.

Manolo Seoane expuso las dificultades a las que se enfrenta el Rápido de Bouzas, como los otros clubes deportivos. Manifestó su "preocupación latente" por el silencio de las diferentes administraciones respecto a las partidas que piensan dedicar al deporte, aunque ya se espera que en algunos casos, contra las promesas hechas, sean a la baja.

Seoane recuerda que el Concello de Vigo ofrecía subvenciones más bajas que otros limítrofes como el de Porriño, aunque lo compensaba en parte con otras partidas. En el caso del Rápido, haciéndose cargo del mantenimiento (agua, luz) del Baltasar Pujales. Ya han llegado mensajes de que esa aportación se está revisando. El Rápido negociará para pagar lo menos posible. También lamentan en el club boucense el silencio que existe en la Diputación de Pontevedra sobre qué política aplicarán.

Además, los clubes deportivos están siendo sometidos a inspecciones por parte de Hacienda y están siendo obligados a asegurar a sus colaboradores. El Rápido, que ha puesto este asunto en manos de un bufete, asegurará a quien deba a partir del 1 de enero de 2016 y ofrecerá convertirse en voluntario a quien no ingrese el mínimo. Estiman que esta transformación supondrá alrededor de 60.000 euros anuales de gasto.

La entidad boucense va a celebrar una fiesta solidaria en busca de ingresos. Y abrirá una cuenta en Abanca para que los vecinos puedan realizar donaciones. Pero también se le pedirá un esfuerzo a sus miembros.

Todas las familias con niños en la escuela de fútbol tendrán que hacerse abonadas -por 50 euros recibirán un carnet de adulto y otro para el niño-. A los socios del club se les pedirá una derrama de 50 euros, que serán 30 para los jubilados. Y todos los jugadores de las categorías inferiores deberán pagar 50 euros, salvo los del juvenil A, que pagarán 30, y los niños becados, que seguirán militando como aurinegros de forma gratuita. "Nadie va a tumbar cien años de historia", promete Seoane.