Asamblea interminable, de cuatro horas y cuarto de duración, pero serena en su temperatura. El Auditorio Mar de Vigo resultó territorio de paz. Nada que ver con aquellas juntas polémicas de cuando el proceso concursal, en Caixanova. Diametralmente opuestas a la convulsa de Salesianos, cuando Horacio Gómez y sus opositores competían por comprar acciones. Un juego de niños en comparación con aquella histórica de 1995, de dos días, en As Travesas, aún caliente la crisis de los avales. Acudieron pocos accionistas, aunque hablaron bastantes. Sangre fresca, jóvenes en su mayoría. Algunos habían accedido por primera vez a la asamblea tras adquirir acciones de Fernando Sales. La situación económica y deportiva le granjeó a Mouriño numerosos agradecimientos. Los intervinientes plantearon preguntas coherentes. Manifestaron quejas lógicas. Mouriño celebra el tono. "No solo ellos agradecen la gestión del consejo, sino que el consejo agradece el apoyo de los aficionados. Yo creo que esa comunión es importantísima y está dando un extraordinario resultado", celebra el presidente.

Incluso a Herbón se le percibe la alegría de esta era. La directora financiera, impecable en su aspecto de funcionaria soviética, introdujo matices en su habitual salmodia matemática, que narcotiza a los asistentes. Para ella, existe un asiento contable llamado Santiago Mina y casi parece fastidiarle que el ascenso le estropease una de las gráficas ascendentes por culpa de las primas. Pero adquiere una tono cantarín cuando habla de la "patrimonialización de la sociedad".

El Celta vive instalado en la primavera. La asamblea se inicia con un vídeo que encadena momentos de la pasada temporada al ritmo de música épica. Torrecilla introduce efectos visuales en su presentación, como encabezados que se mueven, y al hablar de los jugadores que siguen por todo el planeta, en el mapa incluye a la Antártida. No es que hayan viajado allí. Torrecilla admite que economizan en la planificación de sus rutas para que Herbón les acepte el kilometraje.

Sale Chaves al escenario. La eminencia gris de este Celta, el hombre que diseñó su hoja de ruta, siempre a la sombra. "Un non sube moitas veces aquí", reconoce el director general, que lee a Sun Tzu y su arte de la guerra: "Un sabio chinés dixo que as batallas se gañan antes de que empecen". Lo dijo al resumir el crecimiento del club en diversas áreas a lo largo de estos años. Quizás pensaba en Pablo Viana, con el que disputa una eterna partida de ajedrez. El representante del grupo de jugadores que capitalizaron deuda asistió como suele. No votó en contra. Puede suponerse que las casi 7.000 acciones que figuraron como abstención en casi todas las votaciones fueron suyas.

Mouriño respondió a casi todo. Se fajó con soltura. Aunque regateó en "qué detalle" está impidiendo la renovación de Nolito. "Decimos, y también Nolito, que entre nosotros está totalmente cerrada la negociación. Aparte de Nolito hay un desacuerdo". Mouriño, ya ante la prensa, mantiene ese velo sobre la discrepancia: " Yo creo que eso es una parte del contrato y ya está. No estoy preocupado. La relación de Nolito con los jugadores, con la directiva, con todos, es extraordinaria. Sus declaraciones siempre son en positivo y fantásticas. No busquemos problemas donde no los hay".

En punto a problemas se hacen evidentes los que existen entre Celta y Concello. En cualquier asunto referente al estadio, como la creación de una grada de animación, o la sede Mouriño recordaba que los plazos no dependen del club. "Me fío del alcalde cuando dice que el estadio estará en 2017... porque me tengo que fiar", apuntaba.

Tras la junta aclara: "Hay que separar dos cosas. Una es la relación con el señor alcalde, que es extraordinaria y será siempre igual. Otra es que los temas, por el motivo que sea, se retrasan. Y ahí sí que no estamos muy de acuerdo. Pero el Concello y el alcalde son los que se han puesto a la cabeza para la remodelación del campo y conseguir lo que haya que conseguir. Hay una burocracia que nos está parando. Nos dice el ayuntamiento, que tiene razón, que lo que quieren es proteger al Celta y que mañana no haya nadie que tumbe ningún permiso y ninguna cosa. Es cierto. Pero eso nos está causando problemas".

"Nunca vamos a desechar nada", dice sobre la posibilidad de buscar una ubicación para la ciudad deportiva fuera de Vigo. "Vamos a trabajar primero por las cosas que más o menos tenemos fijas. En el momento en que el alcalde nos diga que es imposible en una ubicación buscaremos otra con muchísimo gusto. De hecho no paramos, seguimos buscando ubicaciones".

Mouriño concluye hablando del derbi: "Es un partido muy interesante, que se está viviendo intensamente, quizás no con tanto encono como antes y eso es muy beneficioso para el fútbol gallego, para el Deportivo y para el Celta. Mi sensación es la misma que tendrán ellos, todos creemos que vamos a ganar. Pero los partidos se ganan, se pierden y se empatan. Yo apuesto por la victoria de mi equipo. Pero hay que jugar. El resultado se consigue en el campo".

La nota triste de velada lo puso el fallecimiento de Ramón Cabezas, fundador de la Peña Chicago, recién fallecido, noticia que Carlos Mouriño mencionó con pesar.