"¿Conocéis la historia del señor que iba con su hijo y un burro al lado?", dijo Rafa Benítez en una rueda de prensa ante la sorpresa de todos los presentes. La moraleja le espera a la vuelta de la esquina. Ponga o sacrifique la figura de Casemiro; valore o no la aportación de Isco; mire el cansancio o arriesgue con James, la crítica será inevitable.

A aquel hombre que en su largo camino iba con su hijo y un burro, le esperaban las críticas hiciese lo que hiciese. Llevando a su vástago a pie por el cansancio, subiéndolo encima del animal o subiéndose los dos al burro. Es lo que le ocurrirá a un Benítez que tiene a todos sus centrocampistas recuperados y que por primera vez desde que el brasileño Casemiro dio el salto de calidad y se ganó un sitio de titular se ve obligado a decidir.

Lo primero que debe aclarar el técnico madridista es la forma de salir mañana ante el Barcelona (18.15 horas). Si aumenta la contención o sale arriba a por su gran rival. Las opciones que tiene son múltiples y por primera vez, si se gira a su banquillo durante un partido que todos quieren jugar, se encontrará más de una cara larga. Porque en un equipo en el que el portugués Cristiano Ronaldo y el galés Gareth Bale son intocables, a sus espaldas no entran todos. Entre Casemiro, Kroos, Modric, Isco y James sobran dos si el francés Benzema llega a tiempo de ser la referencia en punta.

El equilibrio ha llegado al Real Madrid de Benítez con la presencia de la figura de un centrocampista de corte defensivo como es Casemiro. El brasileño ha sido titular los nueve últimos encuentros. En época de bajas se ha convertido en imprescindible, llegando a ser incluso más importante para el técnico madrileño que el alemán Kroos, sustituido en más ocasiones durante los partidos.

Con la "BBC" disponible, deja de sostenerse el trío Casemiro-Kroos-Modric, con el croata con plaza fija en el centro del campo, encargado de dar dinamismo al fútbol blanco. La falta de hueco en el once acaba derivando a los "magos" Isco y James. El andaluz llega al clásico ante el Barcelona recién recuperado de una sobrecarga muscular, fruto de la carga de partidos y la sombra de la suplencia planea sobre él por primera vez en el curso. El colombiano, por su parte, lo hace totalmente recuperado de la lesión que le tuvo casi dos meses de baja, tras jugar dos partidos completos de alta intensidad con su selección y lanzar un dardo a Benítez. No le gustó su poca participación en Sevilla, cuando dijo llevar quince días totalmente recuperado, y su reivindicación en las eliminatorias sudamericanas con su selección dejó un recado directo al técnico madridista. Su suplencia plasmaría un problema en el vestuario con uno de los jugadores importantes.

Si James juega de inicio y Casemiro se mantiene para dar equilibrio, Benítez se vería obligado a quitar un jugador de la "BBC". En este caso el damnificado sería Benzema, con más de un mes una baja alargada por su presencia en un turbulento caso en Francia que le ha hecho ser noticia de temas extradeportivos, pero a su favor su posición clave en el campo, la libertad que da su presencia a Cristiano y Bale, como mejora a ambos con sus desmarques de arrastre y su fútbol de asociación.

Es el rompecabezas que debe encajar Benítez, feliz por tener a todos sus jugadores recuperados y al fin la enfermería prácticamente vacía, pero en el momento de repartir papeles de titulares y suplentes a jugadores importantes. Si el Real Madrid no gana la crítica señalará al técnico. Rafa Benítez en la piel de la moraleja del señor que viajaba con su hijo y un burro.