La llegada de Sabelle Diata al Celta Baloncesto dio ayer un giro inesperado después de la negativa de la embajada de España en Dakar, Senegal, de concederle el visado para entrar en nuestro país. En un primer momento estaba previsto que la jugadora recibiera el permiso para viajar el miércoles de la semana pasada, la volvieron a citar el lunes, y, finalmente, la llamaron el martes citándola para ayer en la embajada.

La jugadora llegó ayer dispuesta a retirar el visado y viajar esa misma noche hacia Vigo para poder jugar el sábado con el equipo, pero cuando llegó recibió un mazazo cuando le comunicaron que le denegaban el permiso ya que la solicitud realizada no se correspondía con la finalidad de su viaje a España.

Una situación extraña e ilógica, ya que Diata ya estuvo en España y en Vigo jugando hace tres temporadas, y el Celta Baloncesto le envió a su domicilio la misma documentación de hace tres años (contratos, seguros médicos, etc.) para presentar en la embajada. De ahí la extrañeza del club por la decisión.

Además, el problema surge ahora ya que los trámites para conceder el visado suelen tardar como mínimo cinco semanas, con lo que iniciar de nuevo el papeleo implicaría que la jugadora no llegara a Vigo hasta después de las vacaciones de Navidad, con lo que se perdería todos los partidos que faltan por disputar de la primera vuelta.

Carlos Colinas, director deportivo del Celta Baloncesto, se encontraba ayer sobrepasado por los acontecimientos y afirmaba que llevaba todo el día hablando con diferentes agentes para buscar una solución, algo que en estos momentos es "muy complicado, sobre todo por el tipo de jugadora que nosotros estamos buscando".

Así que el equipo se tiene que olvidar de refuerzos y pensar que van a estar solas en la ardua tarea de sacar las cosas adelante con la única ayuda de Sarah Ogoke, que no tuvo los problemas de Diata a pesar de ser las dos africanas, ya que la nigeriana Ogoke tiene la doble nacionalidad americana, y cuando viaja por temas de baloncesto lo hace con el pasaporte americano, cosa que Diata no tiene.