Partido complicado para los pupilos de Rafa Sáez, que llegaban al Estadio Príncipe Felipe siendo conscientes de las dificultades que presentaba el encuentro frente al Cacereño, empezando por un campo que cuenta con un césped en condiciones más que deficientes y un rival que se sabe aprovechar de ello para hacerse fuerte ante sus aficionados, donde solo ha cedido dos empates hasta el momento.

El duelo empezó con ambos equipos respetándose en exceso, siendo el Coruxo quien lo intentó algo más, pero sin conseguir llegar con fluidez al área local.

De hecho, la primera opción clara del partido no llegaría hasta los veinte minutos, momento en que apareció el visitante Ortiz para efectuar un preciso pase sobre Salinas, que no acertó a controlar cuando se encontraba en una posición franca para adelantar a su equipo.

Sin embargo, sería el Cacereño el que conseguiría inaugurar el marcador solo siete minutos más tarde por mediación de Valverde.

La última opción antes del intermedio fue para los visitantes, con un disparo de Ortiz desde dentro del área pero que se marchó cruzado, sin poner en riesgo la portería defendida por Vargas.

Tras el paso por vestuarios, el panorama del duelo no cambió en exceso, con un Coruxo que debía dar un paso hacia adelante ante un Cacereño que sabía esperar y tenía claro que cualquier error de la defensa viguesa podía ser una gran ocasión para cerrar el choque.

El Coruxo tuvo sus mejores momentos cuando el duelo perdió su rigor táctico, rompiéndose por momentos con acercamientos a una y otra área.

A renglón seguido, el Coruxo tendría su mejor opción por medio de Pedro Vázquez, con un disparo que se marchó rozando el poste de la meta cacereña.

En la recta final, el Cacereño perdió a dos jugadores en una misma acción tras un empujón de Aarón sobre Alberto García sancionado con roja directa, y dos amarillas consecutivas a Toni. El Coruxo intentó sacar provecho de esa circunstancia, pero fue imposible.