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Sergio Álvarez: "El penalti que paré en el derbi siempre lo tendré en mi memoria"

Espera un duelo "complicado" en Riazor por las necesidades del Dépor, con cinco jornadas sin ganar

Sergio Álvarez realiza una estirada en un entrenamiento en A Madroa. // Adrián Irago

- Ya ha superado los cincuenta partidos en Primera División. ¿Con cuál se queda?

- Siempre te quedas con el del debut [5 de octubre de 2012 en Balaídos, ante el Sevilla]. Es un partido importante en tu vida cuando debutas en Primera División, un sueño que persigues desde pequeño. Pero hay otros partidos que te marcan, como el derbi del año pasado que ganamos en casa o la victoria en el Camp Nou por primera vez en la historia del Celta en un partido de Liga. Hay partidos que te marcan pero, insisto, me quedaría con el del debut.

- ¿Qué partido de los que ha jugado borraría de su historial?

- No borraría ninguno, no soy una persona que me guste borrar el pasado. Todos los partidos están ahí, haciendo las cosas mejor o peor, pero no borraría ninguno.

- El equipo ha encajado 18 goles en este arranque de Liga, ¿se autoinculpa de alguno?

- Pienso que son muchos goles para un equipo que lleva una buena serie de resultados positivos. No me autoinculpo de ninguno porque el fútbol es un deporte colectivo, donde todos ayudamos a marcar y a defender. Por eso creo que no hay que autoinculparse sino analizar los partidos y los goles, pero autoinculparse, nunca.

- Siete goles ha encajado el equipo en los dos últimos partidos, en los que no jugó Cabral. ¿Se echa de menos al central argentino?

- Evidentemente, Cabral es un jugador importante para nosotros, nos está ayudando mucho, pero no hay que olvidar que tanto Andreu [Fontás] como Sergi [Gómez] o el que juegue tiene el nivel y la capacidad de ayudarnos a no recibir tantos goles. Evidentemente, en estos dos últimos partidos recibimos muchos goles y hay que intentar corregirlo. No creo que sea porque falta alguien en particular, sino que se debe más bien al nivel colectivo del equipo que por la ausencia de un jugador determinado.

- Hace un año quizás vivía el mejor momento de su carrera. ¿Hay un antes y un después tras su actuación en el Camp Nou?

- Puede que sí porque hasta ese día quizás no te conocían a nivel internacional. El Barcelona es un equipo que arrastra una masa social enorme, te ven en muchos lados y ese partido fue el que más me marcó en mi carrera deportiva, para que te conozca más gente y que reconozcan tu trabajo, porque al final eso es lo más importante.

- ¿Jugando en el Celta tiene conciencia de que le puedan conocer en cualquier parte del mundo?

- No te esperas que fuera de tu entorno te puedan conocer por el trabajo que realizas. La Liga española es una competición que se sigue en muchos países, pero no te haces a la idea de que te puedan conocer fuera de España.

- En el clásico gallego, antes de su actuación estelar ante el Barça, interceptó un penalti en Balaídos en los últimos minutos que significó el triunfo del Celta. ¿Es la jugada soñada para un portero?

- Es una jugada que siempre piensas. Cuando pitan ese penalti al final del partido, y cuando sabes que puedes ayudar al equipo a conseguir esa victoria tan importante, después de pararlo es un momento soñado que todo portero quiere disfrutar. Fue especial para mí y siempre lo tendré en mi memoria.

- ¿Es la etapa más bonita que ha vivido hasta el momento como portero?

- Quizás sí. Ya es muy bonito jugar en Primera División y lo estoy disfrutando, viviendo un momento inolvidable y conociendo a mucha gente. Es una etapa de la que siempre estaré satisfecho por el trabajo que hago y las ganas que le pongo cada día. Lo más importante es que estoy cumpliendo la ilusión que tenía de pequeño: jugar en la élite.

- Parece que este arranque de temporada le está costando más que el anterior, no recibe tantos halagos. De hecho, el Celta está entre los cinco equipos más goleados de la Liga. ¿Está sufriendo más en este inicio?

- Cuando recibes una cifra tan alta de goles intentas analizarlo y corregirlo para mejorar cada aspecto. Pero siempre digo que si nosotros recibimos tres goles y el rival cuatro, ganamos el partido. Para mí, lo más importante es la victoria del equipo. Es evidente que si encajas tres goles estás fastidiado, pero a la vez te sientes súper feliz porque el equipo ganó. Hay que valorar que el Celta es un equipo valiente, que se atreve. Nuestra filosofía se fundamenta en que lo importante es que el equipo gane. Evidentemente, cuantos menos goles recibas será mucho mejor, porque así resultará más fácil ganar los partidos porque arriba tenemos facilidad para crear muchas ocasiones y marcar goles. Hay que buscar ese equilibrio. Pero lo importante, repito, es que el equipo gane porque es bueno para todos.

- ¿Cree que a estas alturas del campeonato necesita una actuación estelar como la del curso pasado en el Camp Nou?

- No. Estoy contento con mi trabajo, aunque habrá días que esté más acertado que otros. Evidentemente, a todo jugador le gusta tener un día perfecto, pero es difícil porque la Primera División es muy exigente y resulta difícil conseguir una actuación excelente. Intento realizarlo cada semana y lo seguiré haciendo hasta el final de mi carrera.

- ¿Cómo afronta la vuelta al trabajo tras recibir cinco goles?

- Es más duro volver porque analizas todo lo ocurrido, repasas los goles, ves los errores, lo que podías haber hecho y no hiciste. Después de que pasan las jugadas es muy fácil analizarlas. Lo difícil es tomar la decisión en menos de un segundo. Eso es lo difícil y hay que tratar de mejorar. Pero hay que pasar página y pensar también en lo que hicimos bien y después, en el siguiente partido.

- Al principio de semana eran cuatro los porteros que entrenaban, tras unirse los del filial. ¿Se entrena con más presión con tanta gente alrededor buscando el único puesto disponible?

- La competencia es buena para mejorar, para autoexigirse, para no bajar los brazos, para estar en un nivel óptimo. Es lo que hay que hacer: seguir trabajando como hemos hecho hasta ahora todos para que la competencia sea buena. Después, el que tiene que decidir es el entrenador. Yo seguiré trabajando como siempre, como cuando no jugaba o como ahora que juego. Tengo una metodología de trabajo que no voy a cambiar, juegue o no. Eso es lo más importante, dar siempre lo máximo de mí.

- ¿Cómo se presenta para el Celta el clásico del próximo sábado en Riazor?

- Complicado porque los dos equipos vamos a querer ganar el partido y vamos a ponerle las cosas difíciles al rival. Será un duelo complicado porque ellos juegan en casa, querrán ganar porque llevan tiempo sin hacerlo en la Liga. Vamos con la mentalidad de realizar nuestro partido, imponer nuestro fútbol e intentar ganar.

- ¿La cuarta posición que ocupa el Celta le obliga a acudir como favorito al campo del eterno rival?

- No, porque en los derbis da igual la posición que ocupe cada uno, no significa nada. Los derbis son partidos especiales, donde hay que tener mucha cabeza. Además, el corazón juega mucho también y hay que tener tranquilidad porque habrá momentos complicados durante el partido y hay que saber llevarlos; y, después, saber aprovechar las ocasiones que vamos a tener.

- ¿Es el partido más importante del año para un canterano?

- Es un partido importante a nivel social, por el sentimiento que tiene la afición, pero a nivel de fútbol no porque son tres puntos, como cualquier otro partido. Es especial a nivel de los sentimientos que tiene la afición y que tienes tú también. Evidentemente, como celtista que soy los sentimientos son mayores, pero hay que saber controlarlos y tener la cabeza fría, como el año pasado en los dos partidos que disputamos. A partir de ahí tendremos más opciones de ganar el partido.

- ¿Lee las críticas que le puedan hacer en los medios de comunicación, en las redes sociales?

- Las críticas están al orden del día. Hay que aceptar las críticas buenas y malas. Lo bueno y lo malo del fútbol es que todo el mundo entiende, todo el mundo sabe, todo el mundo opina y eso es lo bonito de este deporte. Por lo tanto, las críticas hay que aceptarlas cuando son buenas y cuando son malas y tirar para adelante porque no me escondo de nadie. La gente es libre para pensar lo que quiera y resulta imposible gustarle a todo el mundo. Yo sé lo que hago en mi trabajo, lo que sufro cada día y lo que entreno cada día para intentar mejorar. Después habrá días mejores o peores, pero acepto todo tipo de críticas.

- Pablo Hernández ha superado un mal momento con parte de la afición. ¿Es un ejemplo para el resto de compañeros ver cómo salió airoso de esos problemas?

- Sabemos que en el fútbol nadie se acuerda del pasado. Cada siete días tienes que pasar un examen y te valoran por ello. La afición es libre de expresar lo que quiera. El Tucu fue un ejemplo para todos porque siguió trabajando día a día, no se vino abajo nunca y está demostrando que es un jugador importante para nosotros. Todos tenemos que seguir por esa línea que él marcó.

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