- ¿Cómo está tras su dimisión?

- Tomar esta decisión tras cuarenta años en la organización arbitral es duro. Pero estoy tranquilo.

- ¿Por qué esta rebelión de cuatro delegaciones arbitrales (Santiago, A Coruña, Lugo y Ferrol)?

- Es difícil saberlo. Yo cambio a los delegados de Ourense, Pontevedra, A Coruña? Sucede en verano y no pasa nada. En la delegación de Santiago no se está trabajando como quiero y decido cambiar también a su delegado. Y se arma el jaleo. Es algo totalmente orquestado, muy preparado. Se da una reacción en cadena, con un ataque bestial.

- ¿Orquestado por quién?

- No sé. Pero había anónimos con muchas mentiras, como un panfleto de treinta páginas. Cosas que me achacaban y eran de las anteriores directivas. O la acusación de que no había transparencia, cuando en estos meses ha habido mucha más transparencia que en los últimos 25 años. Los informadores dejaron de estar escondidos. En Manzaneda se pagó un clínic de primeros auxilios a todos los árbitros de Tercera y Preferente y dicen que es un desastre. Este panfleto hizo daño. Hubo medios de comunicación que sin preguntarme se pusieron a la cabeza, dándole credibilidad. Hay mucha gente detrás.

- ¿Ha cometido errores?

- Estoy convencido de que me equivoqué. Si no, no sucede esto. Por lo menos debía haberme dado cuenta, saber que podía pasar y atajarlo. No fallé en las formas, sino en el tiempo. Hice con el delegado de Santiago lo mismo que con los de Pontevedra, Ourense y A Coruña. No hubo malas palabras, salvo por parte de él. Le pedimos que estuviese en el cambio. Él se levantó, se marchó de la reunión y se sucedieron los acontecimientos.

- "Por mis cojones", se ha dicho que argumentó usted la destitución de Carlos Otero en Santiago.

- Yo no dije eso. Todo el mundo aceptó que sí sin haberme preguntado. Lo único que le dije es que ya no tenía confianza en él y quería nombrar otro delegado. Las malas palabras salieron de su boca, no de la mía. Había que buscar un pretexto y se buscó con una mentira.

- Los árbitros de A Coruña, Lugo y Ferrol se unieron a la rebelión.

- Se produce una dimisión sorpresa del delegado de Lugo, que lleva a la huelga en cadena. Yo había estado en Lugo y Ferrol. Nadie me había comunicado ningún descontento. Por eso digo que estaba orquestado. Y les salió perfecto.

- Le han acusado de querer crear una red clientelar.

- Quería crear mi propia junta directiva. Me lo permite el reglamento de la Federación Gallega. Tenía ese derecho. Siempre construí grupos trabajadores, con buena gente a mi alrededor. Y como no la tenía, la quería cambiar.

- ¿Ha favorecido a su hijo (el árbitro David Iglesias) y a Zulema González (primera mujer que arbitra en Tercera)?

- Me duelen las acusaciones personales. Buscaban hacer daño. Mi hijo ascendió a Tercera hace tres años. Zulema sí ascendió siendo yo presidente, pero con pruebas físicas y exámenes. En el terreno de juego es árbitro de Tercera. Dentro de poco será internacional de fútbol femenino. Como ascendió una chica ourensana afincada en Vigo, y no otra chica coruñesa que está en Preferente, ese es el problema. Pero en el terreno de juego es muy superior la de Vigo. Otra chica lucense ascendió como asistente a Segunda B. ¿Dónde está el clientelismo?

- Lo cierto es que la fractura se traza entre norte y sur. Ourense, Vigo y Pontevedra lo han apoyado.

- Las cuatro delegaciones del norte nunca me vieron como presidente. Para conseguirlo hice los cambios. Y había delegados que temían ser los siguientes, como pasó en Lugo y Ferrol. Eso lo desencadenó todo. Quise cambiar un sistema en muy poco tiempo. Mi error fue no esperar un poco más y hacerlo con más tiento. El comité estaba anquilosado. Cambié a gente que llevaba más de 25 años, con poder. Creí que era bueno para los árbitros. No me di cuenta de que estaba creando una red anti-Iglesias.

- Existe un cisma en el colectivo arbitral gallego.

- He dimitido por el bien del fútbol. Y por el bien del arbitraje. Aunque no sea a corto plazo, ojalá que esto se solucione. No puede haber una ruptura norte-sur. Las delegaciones del sur sacaron más de 260 partidos adelante en Santiago recibiendo las designaciones a las cinco de la mañana del sábado. Eso merece un respeto. Hay heridas. Espero que todos pongan su granito de arena para unir el fútbol gallego..

- En Santiago llaman esquiroles a los que arbitraron. En Vigo y Ourense estaban dispuestos a ir a la huelga a su vez si Louzán lo destituía.

- Yo les he dicho que tienen que dedicarse a arbitrar.No puedo aceptar lo que le critiqué a Santiago. La situación no es fácil. El presidente ha tenido que hacer alguna concesión más que espero que no pase factura (la readmisión de Otero como delegado de Santiago). El día 21 hay pruebas físicas para los árbitros de Tercera y Preferente. Ahora mismo es un marrón para mucha gente que tengan que juntarse norte y sur. Quiero que todos estén unidos.

- Louzán le acepta la dimisión. Readmite a Otero. Queda en situación de fragilidad.

- Es algo que tuvieron que sopesar Louzán y su junta directiva. Se aceptó esa concesión para lograr que haya fútbol el fin de semana. Desde este momento cualquiera podría apretar de la misma forma. Espero que impere el sentido común.

- ¿Es el momento de democratizar el sistema arbital?

- No sé qué harán. Bastantes dolores de cabeza he tenido. Mi secretario general y mi director deportivo van a llevar el comité a corto plazo. Louzán deberá resolverlo.

- ¿Cómo afronta el futuro?

- Llevaba desde los 14 años en la organización arbitral. Seguiré siendo árbitro. Siempre digo que mi madre me parió en un campo de fútbol vestido de árbitro. Estaba ilusionado. Hubiéramos hecho un trabajo espectacular. Se estaban realizando muchas cosas en poco tiempo. A lo mejor ese fue mi error, querer hacer tantos cambios en una organización un poco anquilosada. Pero un delegado se creyó con derecho a no ser cambiado...

- ¿Le ha decepcionado Louzán?

- No. Tengo que agradecerle haber sido presidente del comité. He estado muy a gusto con él. Me dejó trabajar sin interferencias. Tiene una gran capacidad intelectual, analiza muy bien las situaciones. Lamento haberlos metido a él y a su junta en este saco por un error mío. Era una situación difícil de gestionar. ¿Lo han hecho bien o mal? Espero que bien.