"No, un poco no. Le copié entero. El tío medía 1,88 y yo pensaba: tengo que llegar a 1,88, tengo que llegar a 1,88 Era negro, alto, con melena. Me dejé la melena por Gullit". Así justificaba su particular look Vicente Engonga (Barcelona 1965) en una entrevista. Español con raíces ecuatoguineanas por parte de padre, fue uno de los primeros futbolistas españoles profesionales de raza negra de finales de los años ochenta y década de los noventa.

Nacido en Cataluña pero criado en Cantabria, Engonga, que iba para electricista, tenía una visión particular del fútbol, una visión diferente sobre los jugadores que juegan o jugaban en su puesto. Pura debilidad. Empezó con Gullit, pero siguió con jugadores con los que empezó a enfrentarse; Mauro Silva, Mazinho, Zidane, Makelele, Guardiola o Redondo. Todos jugadores en la misma franja del campo, pero diferentes en su misión. Algunos más técnicos o más estéticos, otros más currantes en el trabajo que pocos aprecian. El sí, por ese entrenador que ya es, y que ya se veía que llevaba en su etapa de futbolista.

Esta etapa de jugador comenzó en Cantabria, donde su padre fue a trabajar. Comenzó en las categorías inferiores de la Gimnástica de Torrelavega, pasando por la Sociedad Deportiva O Val de Galicia cuando realizaba la mili en Ferrol. Tras finalizar su instrucción militar, empezó a ver el fútbol de una manera más profesional yéndose al Sporting Mahonés, el club menorquín que por entonces militaba en 2B. Ahí disfrutó y se enfrentó contra el Barcelona B a jugadores como Guardiola. Tras su paso por la isla, le llego su gran oportunidad, debutar en primera división con el Real Valladolid de los colombianos Valderrama e Higuita, y también de Caminero y Onésimo. De la mano de Pacho Maturana, y con 26 años, dio los primeros pasos para escalar en el fútbol profesional. Tras una buena temporada, se marchó a Galicia.

En tierras gallegas firmó por el Celta de Txetxu Rojo. Un equipo aguerrido que tenía como primera opción mantener las líneas juntas y correr, correr mucho. Algunos, como el entonces segundo entrenador en el Tenerife de Valdano, Ángel Cappa, llegó a calificar que le salía urticaria cada vez que veía a aquel Celta jugar. Pero ese Celta llegó a la final de la Copa del Rey, enfrentándose al Zaragoza de Víctor Fernández. Un gran Zaragoza, con Andoni Cedrún, el ´Paquete´ Higuera, Pardeza y Cáceres entre otros. Era la primera final de Engonga, pero no sería la última.

Después de estar dos años en el Celta, empezó su carrera como jugador valencianista, donde permanecería tres años. El entrenador, Luis Aragonés, fue el técnico que más apostó por Engonga. Plaza complicada la de Mestalla, en la que coincidió con jugadores como Mijatovic o Romario. Tras tres años, alternados con alguna suplencia y la famosa final de la lluvia perdida contra el Deportivo, se marchó de Valencia por la puerta de atrás decepcionado con Valdano, al que acusó de no decirle a la cara lo que había dicho a su espalda, que no le quería.

En la parte final de su carrera, acudió a la llamada del entonces presidente del Mallorca, el doctor Beltrán. Era un recién ascendido, pero contaba con un entrenador como Héctor Cúper y fichajes contrastados como Iban Eskurza, Moya, Gálvez, Iván Campo, Romero. Parecía el ocaso de su carrera y fue todo lo contrario. Jugó con un Mallorca al que le salió todo. Nada más llegar, conquistó el primer título al ganar la Supercopa de España al Barcelona. Las veteranía de los antes mencionados, unida a un portero como el argentino Carlos Roa y al entonces yugoslavo Stankovic, sumado al talento de un por entonces desconocido joven canario llamado Valerón, hicieron un grupo fantástico.

El primer año perdieron la final de la Copa del Rey contra el Barcelona de Van Gaal por penaltis en Mestalla. Al año siguiente llegaron a la final de Recopa de Europa contra la Lazio de Nesta, Vieri y el chileno Marcelo Salas. La perdieron en la prórroga.

Pese a los 32 años con los que contaba, a Engonga le llegó la oportunidad de vestir la camiseta de la selección de la mano de José Antonio Camacho. Tras dos años de fase clasificación llegó a la Eurocopa del 2000 recordada por el penalti fallado por Raúl ante Francia, que dejó a España fuera de las semifinales. Vicente participó en la victoria en el decisivo partido de Eslovenia, tras perder contra Noruega.

Engonga, durante un entrenamiento y un partido con España. Foto: EFE/Ferran Montenegro

Disputó la Champions con el Mallorca en la temporada 2001/2002, siendo el primer jugador del Mallorca en marcar en la máxima competición de clubes. Fue ante el Arsenal y de penalti. Tras cerrar su etapa como bermellón, se fue al Real Oviedo, donde apenas estuvo seis meses. Por aquel entonces, le llegó una oferta del Coventry de la segunda división inglesa, donde decidió probar suerte. En el club inglés finalizó su etapa como futbolista, pero inició una nueva vida.

Engonga, como muchos futbolistas, también ha buscado salida en el mundo de los banquillos. Ha entrenado en las categorías inferiores del Mallorca, en el primer equipo unos días como segundo de Miquel Soler, y fue seleccionador de Guinea Ecuatorial. Con inquietudes más allá del fútbol, Engonga se matriculó después de dejar el fútbol en la UNED para sacar el acceso a la universidad para mayores de 25 años. Es sin duda un tipo diferente, es el Gullit español.