El Rápido de Bouzas se unió ayer a quienes con anterioridad han denunciado la clase de cal que utiliza el Barco en su campo y que ha provocado más de una incómoda quemadura a los futbolistas que se rozan con ella. La propia Federación Gallega ya ha advertido en alguna ocasión al conjunto ourensano de que subsanen esa deficiencia, pero sigue repitiéndose.

El último en probar los efectos de la sustancia ha sido Tomás, jugador del equipo de Bouzas. Tras caer derribado sobre una de las líneas del centro del campo comenzó a sentir una importante molestia en la espalda, la zona con la que se había rozado. A la conclusión del partido y tras quitarse la camiseta pudo comprobar la importante quemadura que le había dejado en el cuerpo y que le ha obligado a pasar por el médico para ser tratado.