Lo que va de un año a otro. En noviembre del pasado año, El Olivo entraba en crisis con dos empates en casa, el primero precisamente ante el Erizana (1-1), y Charly dimitía como técnico el 19-N. Doce meses después, las baionesas, que llegaban al Pahiño como colistas, recibieron el segundo correctivo más escandaloso de la temporada (el primero fue el 14-0 del Olivo al Tordoia) en una tranquila mañana dominical.

David Rodríguez, el preparador vigués, concedió descanso a Carla Otero y Andrea Mariño, dio entrada en la portería a Sara Alonso y concedió la titularidad a Mónica por vez primera esta campaña. También hizo todos sus cambios al descanso y reservó a Carol para la segunda mitad. Es decir, una victoria planificada al minuto, a modo de entrenamiento con público, y sumando otros tres puntos para el zurrón.

El Olivo, con todo, necesitó de 26 minutos para abrir el melón. Contra el Tordoia, las gallegas habían marcado al cuarto minuto y a la media hora vencían 4-0, pero en esta oportunidad el festival llegó tras el descanso, que ambos equipos alcanzaron con un claro 4-0.

La salida viguesa en tromba en la continuación (dos tantos en los tres primeros minutos) terminó por doblegar la voluntad de las valmiñoranas, que se habían presentado en Vigo, para mayor desgracia, con tres bajas. San, además, hacía dos magníficas dianas desde fuera del área y Carol mostraba una vez más su incansable sed de goles al anotar un nuevo triplete.

El Olivo sigue apuntando a la fase de ascenso. Para ello trabaja. Ayer cumplieron con lo que se esperaba de ellas.