El Coruxo logró ayer una de esas combinaciones que pocas veces se dan en el mundo del fútbol, y que no es otra que ganar y convencer. La victoria de ayer ante el Guijuelo fue clara y hace buena la lograda hace siete días en Burgos, devolviendo al equipo a los puestos de privilegio.

Rafa Sáez volvió a sorprender con el "once" inicial. Alberto García se quedaba en el banquillo y los dos centrales eran Cifuentes y Cristóbal. Lo mismo pasaba en el centro del campo, al no salir de cara Antúnez, y apostar por jugar con dos delanteros, Salinas y Ortiz.

Además, el técnico vigués planteó el encuentro de forma que el equipo juntara líneas en el centro del campo para impedir que el Guijuelo saliera con el balón controlado.

La jugada le salió perfecta al técnico vigués, que cada día sorprender con algo nuevo. Las dos líneas colocadas muy juntas en el centro del campo fueron una pesadilla para el Guijuelo. El equipo de Rubén de la Barrera tocaba y tocaba el balón, pero en su propio terreno de juego, ya que cuando se acercaban al centro del campo se encontraban con una muralla que era imposible de derribar. Tanto fue así, que en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego Brais no tuvo trabajo bajo los tres palos.

Posiblemente nadie esperaba un partido tan relajado como el vivido ayer tarde en O Vao. Y es que el Coruxo se encontraba cómodo sobre el terreno de juego, máxime cuando cerca de la media hora de juego se adelantó en el marcador tras un buen centro de Pedro Vázquez desde la banda izquierda, que primero remata Salinas, despejando el portero, y finalmente cabecea Ortiz al fondo de las mallas.

Lo cierto es que tal y como se estaba desarrollando el encuentro el gol era un premio merecido para un Coruxo que, además de jugar bien al fútbol, impedía que el rival se encontrara cómodo e hiciera lo mismo. La falta de concentración de los salmantinos se reflejó en la última jugada del primer tiempo, cuando Santi Comesaña se escapa de Aitor Aspas y este lo derriba dentro del área. Cristóbal transformó la pena máxima, dejando al Guijuelo muy tocado.

Era evidente que el cuadro salmantino saldría a por todas nada más comenzar la segunda parte, buscando un tanto que les permitiera meterse en el partido. Sin embargo lo que se encontró fueron dos contras. En la primera, Salinas no fue capaz de batir a Kike por abajo, pero en la segunda el delantero vigués no falló y marcaba el tercer tanto, con lo que todo quedaba visto para sentencia.

El tanto rompió definitivamente a los salmantinos, que seguían tocando el balón en su área, pero se encontraban con un muro cada vez que llegaban al centro del campo.

A partir de ese momento, el Coruxo tuvo el encuentro cómodo. El Guijuelo seguía apostando por un fútbol ofensivo buscando la portería rival, pero al perder el balón en el centro del campo el Coruxo lanzaba peligrosas contras, que les permitió lograr el cuarto tanto a media hora para el final.

El partido ya estaba completamente roto. El marcador era un fiel reflejo de lo que estaba sucediendo sobre el terreno de juego, y de nada sirvieron los cambios efectuados por el técnico gallego del Guijuelo. Lo mejor de la tarde quedó para los últimos minutos del encuentro, con el quinto tanto de la tarde, marcado de forma espectacular por Lamas, que había entrado seis minutos antes en el terreno de juego.

El tanto del canterano fue la guinda de un encuentro redondo de los vigueses en donde, además de hacer un buen partido, hizo que el rival tuviera muchos problemas para poder jugar, terminando por entregar el choque. Una victoria que acaba definitivamente con las dudas que se apoderaron del equipo tras los últimos resultados, y que le permite volver a estar en la pelea en la zona alta de la tabla.