Dicen que no hay nadie imprescindible. Posiblemente sea cierto, pero nadie puede dudar, en el caso del Celta, la importancia que tiene Augusto Fernández en el estilo futbolístico que ha impuesto Eduardo "Toto" Berizzo. El argentino, ´reciclado´ como pivote, se ha convertido en el jefe de la sala de máquinas del conjunto vigués. El capitán céltico es el encargado de activar el juego del cuadro vigués. No sólo construye, sino que su aportación en la fase defensiva han hecho que su ausencia en la Albiceleste deje retratado a "Tata" Martino.

Polémicas aparte, Augusto Fernández se ha consolidado como el líder de este Celta. Nolito y Orellana son fundamentales. Sus goles y sus asistencias conviertan al gaditano y al chileno en los futbolistas mediáticos de los vigueses. Sin embargo, el liderazgo del argentino trasciende lo futbolístico. Ante el Getafe se notó su ausencia. Hace siete días, a pesar de asaltar Anoeta, los celestes también echaron de menos la fluidez en la circulación del esférico que imprime el ex de Vélez Sarsfield o River Plate.

El retorno del argentino supondrá la suplencia de Nemanja Radoja. El serbio siempre cumple. Aporta siempre una regularidad impropia para un futbolista de su edad. El balcánico será una de las opciones que maneje Berizzo para la segunda parte. El técnico celeste podrá contar, si las molestias de Aspas se lo permiten, con prácticamente su once de gala. Sólo Cabral, sancionado, se perderá este partido ante el Valencia, un choque que permitirá evaluar el sueño europeo de un Celta que, en caso de sumar los tres puntos, dormirá en lo más alto de la clasificación junto a Real Madrid y FC Barcelona. Con Augusto al mano de la nave, todo será más fácil.