Ayer declararon también cinco remeros de Urdaibai en la temporada 2009-2010, entre los que se encontraba el grovense Óscar Viúdez y, como ya hicieron sus compañeros el martes, aseguraron que nunca les pusieron inyecciones intravenosas, estimando que recibían inyectables "dos o tres veces" entre semana y "dos o tres" los fines de semana, con "un máximo de ocho inyecciones por semana".

También han coincidido en afirmar que desconocían el contenido de estas inyecciones, que les decían eran "vitaminas o hierro" y que les ponían el médico y la enfermera del club, tras las que no sentían ningún síntoma ni mejoría. Según ha explicado uno de los deportistas, en Urdaibai "no he hecho nada que no haya hecho en Castro".

Además, han insistido en que la trainera hizo una temporada regular. "Es totalmente falso que aquí arrasásemos a partir de julio", dijo uno de ellos, en referencia al testimonio ofrecido por un exremero, testigo protegido, al inicio del juicio.

Otro de los remeros ha explicado que hubo "varios problemas" con este deportista, que "creaba mal ambiente cuando se quedaba fuera" de las competiciones "en contra del entrenador", con el que la relación "se torció mucho" al decirle que "se había confundido de deporte".

Por otro lado, han ofrecido testimonio una inspectora de Farmacia y una representante del centro de información del medicamento de Bizkaia para confirmar que la farmacéutica de cuyo establecimiento salió la albúmina comunicó lo sucedido en septiembre de 2010.