Iago Aspas y el Celta. Es el binomio perfecto. Dos partes condenadas a entenderse y, sobre todo, a enriquecerse una a la otra. El moañés recuerda a aquel chico que hace tres temporadas monopolizaba todo el peligro de un equipo que anhelaba con asentarse entre los grandes del fútbol español. El delantero morracense, una de las revelaciones de aquel curso, puso rumbo al Liverpool tras sellar la milagrosa permanencia con una asistencia histórica a Natxo Insa.

Su retorno a Balaídos como jugador del Celta también está guardado en el recuerdo. "En estos dos años viví el lado duro del fútbol". Liverpool y Sevilla no fueron dos buenas experiencias, pero acabaron por forjar a ese Iago Aspas que ha logrado asentarse en el once titular y a pelear, de nuevo, por ser el máximo goleador nacional de la Liga. Este martes pasó por sala de prensa. Mantuvo el discurso empleado por sus compañeros. Opta por rebajar la euforia, aunque su espontaneidad le delata. "Veo la clasificación y me emociono. Por mí ojalá se acabara hoy la Liga". No es para menos. El cuadro celeste es el único conjunto de Primera que mantiene el ritmo a Real Madrid y FC Barcelona y, además, la tercera plaza le permitiría disputar la Champions League de forma directa. Mejor imposible.

Iago Aspas, que ya ha firmado seis dianas este curso, destaca que se queda sobre todo con el rendimiento del colectivo. "Así es más fácil que destaquemos los jugadores", apunta el canterano. El delantero céltico también señala que a pesar del gran inicio de temporada todavía "quedan muchos partidos y mucho que sufrir".

Por último, el ariete morracense destaca el buen momento que atraviesa su sociedad con Nolito, una pareja que ya es la tercera más fructífera de Primera División. El sanluqueño ya ha encontrado un sitio en la selección de Vicente del Bosque. El moañés, por su parte, es uno de los candidatos a entrar en los planes del salmantino, que dará una nueva convocatoria el próximo viernes para disputar dos amistosos.