La victoria fue especialmente feliz para los más de doscientos aficionados del Celta que acompañaron al equipo en el estadio de Anoeta. Los hinchas pudieron disfrutar de una victoria en San Sebastián, plaza en la que suele ser habitual la numerosa presencia de seguidores del Celta. Ayer disfrutaron de una jornada feliz, de convivencia con las peñas vascas con las que existen muy buena relación. El final feliz lo puso el gol de Pablo Hernández en el último suspiro. Un largo regreso para muchos, pero muy feliz.