El Octavio sumó ayer su segunda victoria del curso, la segunda consecutiva en As Travesas, donde más cómodo se siente, ante un Juanfersa Comunicalia que acabó desquiciado y que en ningún momento fue capaz de neutralizar la osadía de un equipo académico sin complejos y dispuesto a luchar hasta el último suspiro.

En dos minutos, dos goles de Ángel Iglesias daban confianza al Octavio, que no se puede permitir el lujo de hacer regalos en su propia cancha. Se rozaba el minuto cinco cuando el Octavio recibió el primer gol en contra. Los de Jabato salieron con la lección bien aprendida y perpetraron una muralla delante de la portería defendida por un colosal, ayer también, Lloria.

El Juanfersa parecía no creerse la furia de un Octavio dispuesto a llevar la batuta del encuentro. La igualada llegó en el minuto 11, con un lanzamiento desde los siete metros de David Pellitero (4-4). El primer intento de Cerillo, que ha aparcado su retirada, desde el extremo resultaba fallido, pero aún así el Octavio no perdía la concentración y Dani Bernárdez volvía a situar a los de Jabato por delante. Alberto Suárez pedía a sus jugadores más ritmo, ya que los asturianos rozaban el pasivo en cada ataque. El primer gol de Cerillo, en el min. 14, hizo que el técnico visitante solicitara un tiempo muerto. Al Octavio le salía todo. Ángel Iglesias marcaba el noveno y el cuadro visitante se desesperaba ante Lloria y ante la concentrada defensa local, la mejor arma del Octavio.

Abroncaba el entrenador visitante a sus jugadores por desperdiciar la oportunidad de remontar, pero el Octavio seguía a lo suyo y Gayoso marcaba el décimo (10-5).

Jabato pedía a sus pupilos que adelantasen líneas. Por ahora la osadía estaba saliendo bien. Pero el Juanfersa se mantenía a una distancia peligrosa, después de los goles de David Pellitero y Raúl Blanco.

Germán Hermida revolucionaba la grada tras un rápido contraataque. Pero el 11-9 puso en alerta a Jabato, que solicitó un tiempo muerto para evitar que el partido se le fuera de las manos al conjunto local.

Al filo del descanso, el Octavio se quedó sin Rubén Figueirido, y Cerillo fallaba desde los siete metros (14-11). Con uñas y dientes se defendía el cuadro local, que se estaba ganando a pulso su segunda victoria del curso.

Con cuatro goles de ventaja a favor de los académicos arrancaba la segunda parte, que anunciaba una batalla sin tregua por la victoria final. Jabato exigía concentración en defensa. La clave del triunfo estaba en un marcador ajustado. Había que maniatar al Juanfersa y evitar su reacción.

Con la exclusión de Quintas el Juanfersa recortó distancias. Beret establecía un peligroso 16-14 que hizo temblar a los locales. Para colmo el Octavio también perdía a Ángel Iglesias dos minutos. En medio de la confusión, los asturianos se acercaron peligrosamente (16-15). El Octavio se asomaba al abismo. Otro tiempo muerto de Jabato vino precedido de un gol de Borja Méndez que aliviaba la presión y una nueva parada del repertorio de Lloria imprimía confianza, pero quedaba una dura batalla por librar todavía.

Cerillo se desesperaba tras un error arbitral que perjudicaba los intereses locales, pero Lloria detenía un lanzamiento desde los siete metros del Juanfersa, y el 17-15 mantenía con vida al Octavio .

Méndez e Iglesias hundían al Juanfersa, incapaz de encontrar la forma de neutralizar a su osado contrincante. Faltaban ocho minutos, pero el Octavio se sentía con la suficiente moral como para aplaudir un partido épico en el que lo estaba dando todo.

En el min. 23:53 de la segunda parte el entrenador del Juanfersa pedía un tiempo muerto. Pero el gol de Borja Méndez que establecía el 21-16 sacaba de sus casillas a los asturianos y Ricardo Díez recibía la roja. Se fue a la calle dejando a su equipo a la deriva.

La grada vitoreaba a un Lloria de nuevo colosal. Méndez y Cerillo se abrazaban y saboreaban un triunfo sufrido y trabajado y que arroja una luz de esperanza para el futuro.