Una pifia del uruguayo Giménez y la perseverancia y sangre fría de Lucas Pérez cuando faltaban trece minutos para que acabara el encuentro ante el Deportivo en Riazor impidió al Atlético de Madrid (1-1) acostarse al frente de la tabla.

Los rojiblancos tenían el partido en su mano, saboreaban el liderato provisional y pensaban ya en la Liga de Campeones, pero Lucas Pérez les despertó con una acción de pícaro y hasta pudo escapárseles el empate si el poste no hubiera escupido un disparo con rosca de Fayçal Fajr a los 88 minutos.

A este Atlético que pretende tener más el balón, el partido de Riazor, al que llegó en racha, le vino como anillo al dedo para avanzar en su nueva versión. El Atlético no renunció a llevar la iniciativa que le brindó el Deportivo, en el que Víctor Sánchez sorprendió con la titularidad del argentino Jonás por primera vez desde que llegó al equipo ya con el mercado cerrado, a principios de septiembre. El Dépor no asustó a los rojiblancos y su única arma fue la velocidad de Lucas Pérez, solo ante el peligro.

El Atlético no encontraba espacios en la retaguardia del Deportivo, donde el brasileño Sidnei aparecía por todas partes, siempre a tiempo para corregir desajustes del resto y desbaratar las oportunidades rojiblancas. A falta de once minutos para el descanso, cuando un centro del Atlético lo despejó Sidnei pero esta vez al cuerpo de Fayçal y el destino llevó la pelota a la frontal, donde apareció Tiago para conectarlo con un derechazo imposible para Lux.

El conjunto madrileño, que había tenido el 75 por ciento de la posesión hasta entonces, obligó al Deportivo a salir de la cueva y pudo castigarle más antes del descanso, pero el poste, en un cabezazo de Godín, y Lux en el remate posterior de Griezmann, que fue al muñeco, dejaron el partido abierto para el segundo periodo.

En él, el Atlético volvió a sus orígenes y el Deportivo fue más ambicioso con el empuje que le dio Cartabia, protagonista de los dos primeros disparos a puerta de los blanquiazules, que llegaron ya con 57 minutos transcurridos y acabaron en las manos de Oblak.

El Atlético, ya con el Depor más calmado, resistía sin ver comprometida su renta y hasta Simeone se permitió el lujo de dar respiro a Jackson y Carrasco. Ya se veía durmiendo líder el equipo madrileño, cuando Giménez, a los 77 minutos, dejó que Lucas Pérez le robara la cartera en el área y el extremo coruñés tuvo sangre fría para batir a los rojiblancos, a los que les salvó el poste a última hora.