La victoria ante el Real Madrid supondría muchas cosas para el Celta, además de alcanzar el primer puesto en la clasificación. El equipo de Berizzo está protagonizando un inicio de campeonato espectacular, a la altura de los mejores de su larga historia.

En su quincuagésima participación en Primera División, el equipo vigués está a punto de superar su mejor arranque de campeonato, que se remonta a la temporada 1941-1942. El equipo que entonces dirigía Baltasar Albéniz consiguió seis victorias y dos empates en sus ocho primeras jornadas. El Espanyol le privó de mantener una racha que hoy podría superar el conjunto de Eduardo Berizzo si vence al Real Madrid, pues en este curso ha firmado cinco victorias y tres empates.

Junto a los merengues, los celestes son uno de los pocos equipos europeos que se mantienen invictos en la primera fase del campeonato de Liga. En este caso, el Celta se sitúa a la altura de trasatlánticos europeos como el París Saint-Germain o el Bayern de Múnich, que tampoco conocen la derrota en la competición doméstica.

El rival que le visita esta tarde en Balaídos fue el último en vencer al conjunto de Berizzo en Liga. Ocurrió el pasado 26 de abril cuando los jugadores que entrenaba Carlos Ancelotti sumaron los tres puntos en Vigo (2-4). En las cinco restantes jornadas del campeonato, los célticos celebraron dos victorias y tres empates.

Y con ese buen final de curso, el Celta inició el actual con la misma dinámica y contabiliza cinco triunfos y tres empates en la actual temporada. En total, el conjunto celeste encadena 13 jornadas de Liga sin perder, lo que le sitúa a una del récord absoluto del club, que lo estableció en 2001 con catorce partidos invicto. Ocurrió también entre temporadas. El equipo vigués cerró las cuatro últimas jornadas de la temporada 2000-2001 sin perder y continuó en las diez siguientes del curso 2001-2002. Aquel equipo en el que figuraban jugadores como Berizzo, Mostovoi o Karpin cayó ante la UD Las Palmas (4-2).

En la plantilla actual destacan futbolistas como Nolito, Orellana, Aspas o Augusto Fernández, que también quieren dejar huella en el club celeste, que ha ido mejorando cada año desde que retorno a la máxima categoría en el verano de 2012. Tras una agónica salvación, al año siguiente se situaron novenos en la clasificación final. Ganaron un puesto el curso pasado y en este el objetivo es mejorar, lo que supone aspirar a clasificarse para competiciones europeas.