La propietaria de La Casa de la Cerveza, un local situado en la madrileña calle Luchana, "no sabe lo que se le viene encima, aunque empieza a imaginárselo". Se lo insinúa Fernando Juncal, presidente de la peña Morriña Celeste. La Casa de la Cerveza es la sede recién estrenada del colectivo. El nuevo templo del celtismo en la capital. El encuentro entre el Celta y el Real Madrid reventará sus costuras.

Morriña Celeste tuvo durante muchos años como hogar el local Galicia Importa, clausurado por cuestiones empresariales ajenas al negocio. Los 150 peñistas célticos lo han sentido como "un exilio forzoso", otro más en sus biografías. Condenados a peregrinar, Juncal comandó al grupo de exploradores. Estudiaron medio centenar de posibles emplazamientos, siempre por la zona de Chamberí donde converge con el distrito Centro, en torno a la boca de metro de la glorieta de Bilbao, para no desorientar a la grey. Redujeron la lista a cuatro "finalistas". La Casa de la Cerveza fue la elegida. Juncal y otros conversaron con la dueña. Cerraron el trato. "Pero yo creo que no sabía bien de qué hablábamos". Contra el Villarreal empezó a entenderlo. Medio centenar de hinchas se presentaron ataviados de celeste el domingo por la mañana. "Y contra el Real Madrid se va a liar", anuncia Juncal, siempre en términos de afluencia y guirigay.

Morriña Celeste nació en la temporada 2010/2011. Trece fueron sus fundadores, bautizados como "morriños" y multiplicados desde entonces. Es un grupo especialmente activo, que no reduce su agenda a la reunión ante el televisor. Organizan francachelas, se desplazan a los destinos cercanos en los que juega el Celta, tienen dos equipos de fútbol siete en ligas madrileñas, rellenan quinielas y organizan torneos de videoconsola. Actividad, esta última, más importante de lo que parece. Porque la peña se nutre de gallegos de las cuatro provincias, pero también andaluces o vascos, que llegaron al celtismo por amistad. "El caso más surreal es el de uno que juega con nosotros a fútbol siete. Se hizo del Celta porque era el equipo que siempre escogía en el FIFA (juego de consola)", relata Juncal.

"Nosotros nos juntamos, si todo va bien, para compartir la alegría; y si las cosas van mal, porque es mejor estar con otros celtistas que solo en casa", sostiene Juncal.

Lo cierto es que son días gozosos. Rodeados de madridistas, disfrutan de su respeto y su miedo. "Produce orgullo. Desde hace una semana nos hablan de lo bien que está el Celta y lo que se le viene encima al Real Madrid. Dicen que ellos tienen bajas. Y yo les recuerdo que por cada lesionado suyo entra otro que habrá costado 30 millones. Si pierden, no tendrán excusa".

El presidente "morriño" anticipa por su parte: "Será un partido muy intenso. Espero al Celta como ante el Barcelona, saliendo a morder. Pero no hay que descuidarse. Nosotros tenemos ahora más pegada, pero el Real Madrid dispone de los mejores de mundo. No podemos despistarnos ni un instante".