"El Tour de 2016 será tan montañoso como el del año pasado, aunque las dificultades estarán más repartidas a lo largo de las tres semanas", aseguró el director de la prueba, Christian Prudhomme. El Tour ascenderá 2 puertos más pero tendrá una llegada menos en alto, 4.

A ello se suman más kilómetros cronometrados, repartidos en dos etapas. La primera de 37 entre Bourg-Saint-Andéol y el Pont d'Arc, un día después de haber ascendido el temible Mont-Ventoux.

"Hemos querido endurecer las contrarreloj, para restar ventaja a los grandes especialistas frente a los escaladores y también porque hemos querido hacer algo parecido a lo que será la contrarreloj de los Juegos de Río de Janeiro, para que los ciclistas puedan preparar la prueba olímpica en el Tour", afirmó Prudhomme.

La segunda será una auténtica cronoescalada entre Sallanches y Megève, apenas 17 kilómetros en los que solo el inicio es llano, para dejar luego paso a rampas cercanas al 10 por ciento.

Será tres días antes de la llegada a los Campos Elíseos y por delante quedarán dos citas alpinas, el macizo que en 2016 cobrará la mayor importancia.

El Tour comenzará el 2 de julio en el Mont-Saint-Michel, una salida espectacular que reivindica la vocación de la ronda gala por mostrar las bellezas de Francia.

Una primera etapa destinada a los llegadores dejará paso a una primera dificultad, el ascenso a la cota de Cherburgo, con rampas de hasta el 14 %.

El maillot amarillo estará en liza permanentemente en la primera semana, porque el Tour recupera además las bonificaciones, de 10, 6 y 4 segundos en la meta.

Dos jornadas de transición, con metas en Angers y Limoges, llevarán al pelotón hasta el Macizo Central, con una primera etapa de gran montaña en la quinta jornada, más temprano que de costumbre.

Dos grandes jornadas alpinas, una con llegada en descenso en Bagnères-de-Luchon y otra en subida en Andorra-Arcalis (y salida en la ciudad española de Viella), desembocarán en la primera jornada de reposo en el Principado.

Otras dos etapas de transición conducirán a Montpellier que tendrá como meta el siempre temible Mont Ventoux y sus 15,7 kilómetros al 8,8 % de desnivel.

La contrarreloj del día siguiente y una nueva jornada plana llevarán hasta los Alpes, que en esta edición rinden homenaje al Mont-Blanc, en cuyo entorno se disputarán tres etapas. La primera jornada con el Grand Colombier como protagonista, pero con meta en descenso en Culoz; la segunda con llegada en el inédito Finhaut-Emosson, 10,4 kilómetros al 8,4 % de ascenso; y la tercera, con llegada al final de los 9,8 kilómetros de subida al 8 % de Le Bettex.

Restará una última jornada montañosa, con cuatro duros puertos, pero el último, el Joux Plane, a 12 kilómetros de la meta de Morzine. Después, el paseo triunfal del ganador por los Campos Elíseos.