Que se agotasen las entradas para el partido del sábado era un mero formulismo. La semana pasada el Celta anunció que se había quedado sin papel para las gradas de Río y de Tribuna con lo que estaba claro que no durarían los boletos para el resto de sectores del campo. Apenas unas horas sobrevivieron a la venta. Ayer mismo, bastante temprano, el Celta anunció que se había terminado el papel y colgó el cartel de no hay billetes para el atractivo duelo del sábado ante el Real Madrid. Puede que empujados por el resultado cosechado en Villarreal, los últimos indecisos se apresuraron por hacerse una entrada y evitar así el disgusto de verse sin ella. En un santiamén se acabaron y el lleno está garantizado siempre a expensas de lo que hagan los abonados con sus carnets aunque pocos partidos ofrecen mayores alicientes a un horario relativamente cómodo como el de las cuatro de la tarde.

Solo queda pendiente de saber la decisión de los poco más de setecientos abonados que se hicieron socios del club después del 3 de julio, lo que les obliga a pagar suplemento en partidos como el de este sábado. En un principio se había especulado con la posibilidad de que se diese un plazo para retirar esos suplementos con la intención de vender al público aquellas butacas que quedasen libres Pero finalmente se descartó esta opción. En el Celta están prácticamente convencidos de que van a ser contados los socios que renuncien a la posibilidad de asistir a este partido a cambio por culpa de los veinte euros que cuesta el suplemento y por eso han desechado cualquier actuación en este sentido. Esperarán a que vayan sacando los suplementos con el que convencimiento de que muy pocos renunciarán a él.

De esta manera el Celta vuelve a quedarse sin entradas para un partido por segunda vez esta temporada. Ya le sucedió ante el Barcelona y ahora se repite la historia. Pocos partidos reúnen tantos ingredientes como éste para generar una fiebre por una entrada como la que seguramente se experimente en los próximos días en Vigo. Balaídos se prepara para la que desde el punto de vista ambiental será una de sus grandes tardes.