Vibrante empate entre el Pabellón, que venía de encajar una dolorosa derrota ante el Deportivo, y el Celta, otro de los gallitos de la categoría, como demostró en la primera parte a pesar de que se le acabó escapando el premio gordo. Fueron superiores los de David de Dios al conjunto pabellonista en el período inicial, disponiendo de ocasiones para sentenciar el resultado.

En el minuto 7, Richi de cabeza, tuvo la primera y en el 19 lo intentó Brais, respondiendo Xoán con una salvadora intervención para los ourensanos. Superado el ecuador del primer tiempo, el conjunto vigués encontró su premio en una falta desde la frontal lanzada de forma magistral por Alberto. El mismo futbolista, tres minutos más tarde, casi bate de nuevo al portero local.

Al filo de la media hora de juego, una volea con la firma de Yelko tras un rechace de la defensa se coló hasta la red ourensana. El Celta, reforzado por esos dos latigazos, tuvo alguna ocasión más, como las de Richi, que se fue por encima del travesaño, y un remate al poste de Yago. En el conjunto local solo Gorka puso en apuros la portería defendida por Borja.

En la reanudación, los tres cambios introducidos de una tacada por Guillermo García y Figo tuvieron el efecto deseado sobre el rendimiento del conjunto ourensano. Ya en el 48, un penalti permitió a Pitu recortar las diferencias en el marcador. En pleno dominio de los locales, Pablo falló una ocasión clara para empatar un partido que ya no se parecía en nada al de la primera parte. El Pabellón dominaba y los célticos acusaban el esfuerzo de la primera parte.

Pero en el 65, en una jugada a la contra, José Saborido volvía a marcar para el Celta. Solo siete minutos más tarde, con los ourensanos apostando por el fútbol directo, un certero cabezazo de Pablo le devolvía la emoción a la cita de Os Remedios. El Celta veía que se le podía marchar el partido y despertó de su letargo. Sobrido, Alberto y Richi estuvieron a punto de batir a Xoán, que tuvo paradas fenomenales para su equipo. Vila pudo subir el empate al marcador antes de que, ya en el tiempo añadido, Nespereira peinase un pase de larga distancia de Pablo Díaz y el delantero Gorka le ganase en velocidad a los defensores del conjunto visitante. Fue derribado en el área y Mazaira Rodríguez pitó el penalti y la expulsión de Juanma, que había entrado al campo diez minutos antes, entre las protestas célticas. Pitu volvió a estar infalible de los once metros para convertir el empate a tres goles.