El Celta Femenino da por descartada la contratación de Maimouna Diarra. Los constantes cambios de opinión y las peticiones desaforadas de un familiar de la jugadora, que gestiona sus asuntos, obligan al club celeste a buscar la pívot que necesitan en otros mercados. Una situación compleja. Tampoco Marta Canella está evolucionando a la velocidad deseada. Sus rodillas le impiden jugar. Problemas que complican el inicio de temporada de las celestes, obligadas a extremar su apuesta por la juventud.

Canella participa en la presentación oficial de la plantilla céltica de Liga Femenina 2. Es la capitana, a sus 20 escasos años. Asumió tal papel apenas rebasada la mayoría de edad. En el vestuario, solo Laura Alonso, con 22, o la recién llegada nigeriana Sarah Ogoke, de 25, la superan en biografía. El "Baby Celta" sigue vigente. El club capea la crisis e invierte en futuro. Resulta adecuado que la presentación se realice en las dependencias que Pili Carrera, la firma de moda infantil, tiene en la calle Urzaiz.

Pili Carrera ayuda a la cantera céltica desde hace dos temporadas. Proseguirán. Salomé Carrera representa a la empresa en el acto. Acuden miembros de otras entidades colaboradoras, como Footplus y Hospital Vithas Fátima. Por las instituciones, el concejal de Deportes, Manel Fernández, e Isaura Abelairas por la Diputación. Está también la Federación Gallega. Carlos Álvarez, vicepresidente del club, realiza un pequeño discurso, igual que Canella y la entrenadora, Cristina Cantero. Ilusión, fe pese a las dificutlades y coraje componen el mensaje.

Porque es una época complicada para el Celta, que a estas alturas esperaba tener cerrada ya la plantilla. Solo falta una pieza pero acaso la más importante: la pívot extranjera que multiplique el poderío interior del Celta.

Maimouna Diarra era la elegida. El Celta decidió arriesgar y esperar por ella. La apuesta merecía la pena. La senegalesa, de 24 años, promedió 18,1 puntos y 13,8 rebotes la pasada temporada en el Arxil. El fichaje estuvo bien encaminado durante algunas semanas. Pero finalmente se ha encasquillado, parece que sin remedio.

No son Diarra ni su agente los que han endurecido la negociación sino un tío de la jugadora, que ha tutelado su carrera y administra sus contratos. Este familiar ha cambiado en varias ocasiones algunos aspectos del acuerdo. Sus últimas peticiones excedían la capacidad de maniobra del Celta. Carlos Colinas lleva cuatro días sin noticias al respecto. Así que la llegada de Diarra, salvo giro sorpresivo, se da por desestimada.

El Celta, a estas alturas del calendario baloncestístico, no maneja demasiadas alternativas. Los mercados europeo y Cotonou (esencialmente africano) ya han efectuado todas sus operaciones. La directiva viguesa queda a expensas de algún descarte de última hora, alguna casualidad que libere a una pívot interesante. También giran sus ojos hacia Estados Unidos, con su infinito catálogo de jugadoras, pero muy limitados a nivel presupuestario. Porque de hecho la opción americana se descartó al comienzo por los 2.600 euros de licencia que hay que pagar.

Y si el juego interior sufre, en el exterior pesa la ausencia de Marta Canella (que es además la más polivalente de la plantilla). La internacional sufre una tendinopatía y condromalacia en ambas rodillas. Su vuelta a las canchas dependerá de sus sensaciones, que no acaban de ser buenas. Tras pasarse la semana pasada en la piscina ha empezado a trabajar en la pista, pero a menor ritmo, sin fecha alguna para su reaparición.