"Cuando yo estaba en el Arcade y él en el Moaña perdimos allí y empatamos en casa, y en Preferente ganamos un partido cada uno, así que me lleva una victoria de diferencia que hay que recuperar". Jacobo Montes bromea con el enfrentamiento fratricida que acogerá el domingo el campo de O Morrazo en el Alondras-Choco, un duelo "especial" para el preparador de los cangueses, "por jugar por vez primera ante el Choco y ante mi hermano en Tercera". Para Marcos, en cambio, lo realmente especial se vivirá a lo largo de una semana en la que habitualmente los hermanos comparten confidencias, cuestiones futbolísticas y sobre todo una irrefrenable pasión por el fútbol.
Nada o casi nada cambiará por el hecho de que sus equipos se enfrenten el domingo. "Intentamos que sea normal. Siempre hablamos a diario de las incidencias, de las bajas, incluso de los posibles onces", señala Jacobo Montes, que añade que "el conocimiento que tenemos del otro es máximo y no podemos engañarnos". Marcos, que ha tomado las riendas del Choco tras la marcha de su hermano, desvela incluso un detalle. "Sí tenemos un pacto para dar las alineaciones el viernes, es algo que solemos hacer", dice, antes de añadir que "los partidos que hemos jugado han sido más cerrados, con pocas ocasiones. El exceso de información va en contra del ingenio".
Pocos secretos puede haber para dos hombres cuyas vidas han ido tal ligadas casi como sus trayectorias deportivas. De hecho, Marcos Montes, de 40 años de edad, entrenó a Jacobo (que tiene 38) en su último año en activo. "Estaba en el Salvatierra y fiché por el Arcade porque qué mejor forma de acabar mi carrera que jugando con amigos y que me entrenase mi hermano", señala Jacobo. Tras la salida de Marcos de este club fue Jacobo el que dio el salto a los banquillos. Y esta temporada fue Jacobo, al fichar por el Alondras, el que dio la alternativa a su hermano para que continuase en el Choco la labor que había hecho durante cuatro temporadas. "Hice todo lo posible para que él fuese el entrenador del Choco. Lo animé porque creía que estaba suficientemente preparado y los resultados parecen darme la razón", afirma. Los elogios son recíprocos. "El Alondras es uno de los favoritos de la Liga porque ha firmado jugadores importantes y porque tienen al mejor técnico", subraya Marcos.
Las visiones futbolísticas de uno y otro son muy similares, aunque con un pequeño matiz. "Quienes nos conocen dicen que él es un poco más ofensivo y yo más defensivo", apunta Marcos, una idea que comparte Jacobo, que ve a un Choco "con un parecido nivel ofensivo que el año pasado pero con algo más de capacidad defensiva. Puede ser por la madurez de los futbolistas, pero también por el trabajo de mi hermano. Defienden muy bien y no han perdido capacidad en ataque". Y es que Marcos Montes ha tenido que lidiar con lo mejor y peor de un equipo que tocó techo la campaña pasada. "Es cierto que me he encontrado un equipo trabajado, con una estructura, y he tenido que hacer pocos cambios. Es más fácil", asegura, aunque también apunta que "las dificultades están en las comparaciones que se pueden hacer".
Ambos coinciden en que, a priori, será Jacobo Montes el que tenga una ventaja de inicio. "Conozco al 80 por ciento de la plantilla, pero mi hermano también cuenta con mucha información. Es una mínima ventaja, pero no es suficiente", apunta Jacobo. Marcos asume que "conoce tan bien como yo o incluso mejor al Choco", pero apela al factor psicológico para compensar esa desventaja. "Él ha absorbido buena parte del éxito de un equipo que no era favorito a estar arriba y los jugadores querrán reivindicarse, hacer un buen año para demostrar que pueden seguir ahí", señala.
La fase de ascenso es, en mayor o menor medida, la ilusión de ambos. "Creo que sí estamos llamados al menos a luchar por el playoff. El Alondras sí, el Choco no tanto por tener un presupuesto más modesto aunque tiene mejor plantilla que el año pasado", señala Jacobo Montes. Su hermano Marcos se muestra más cauto. "El objetivo es la permanencia y luego ya veremos", sentencia.
