El Barcelona cosechó su segunda derrota en Liga en su visita a un redimido Sevilla, que toma oxígeno tras un mal inicio de temporada al imponerse con dos goles casi seguidos, al inicio de la segunda parte, a un equipo azulgrana que pierde gas sin el lesionado Messi.

El Sevilla, que no ganaba en casa al Barça desde 2007, cimentó su triunfo en la intensidad con la que salió tras el descanso, al ponerse con un 2-0 con goles de Krohn-Dehli e Iborra, este a pase del danés, ante un Barça que mandó dos tiros al poste y se volcó en ataque hasta que Neymar, su mejor hombre, recortó distancias de penalti, pero luego no sacó frutos de su asedio.

Ambos afrontaban la cita con muchas bajas. Cinco en el Barcelona (Adriano, Rafinha, Vermaelen y, sobre todo, dos de sus puntales: Iniesta y Messi); y siete en el Sevilla (el meta Beto, tres centrales: Adil Rami, Carriço y Pareja, el lateral Escudero, Banega y Kakuta).

Luis Enrique, técnico azulgrana, volvió a confiar en Claudio Bravo, recuperado de su lesión, en vez del discutido Ter Stegen, dejó en el banquillo a Dani Alves apostando por Sergi Roberto de lateral derecho y adelantó al medio campo a Mascherano, acompañando Munir arriba a Luis Suárez y Neymar.

Animado por su remontada en la 'Champions' (2-1 al Leverkusen) y alertado por la derrota y mala imagen en su última salida a Vigo (4-1), el Barça salió con fuerza para buscar adelantarse, tuvo el balón y probó a Sergio Rico con tres intentos en el primer cuarto de hora, pero Sergi Roberto, Neymar y Luis Suárez no atinaron a marcar.

El Sevilla nunca le perdió la cara al choque, aguantó bien el pulso y quiso salir con la movilidad de Tremoulinas, Vitolo o Krohn-Dehli. Gameiro, el más incisivo arriba, tuvo una buena opción a los 21 minutos, pero malogró el pase de Krohn-Dehli al despejar muy bien Bravo.

Con todo, los de Luis Enrique retomaron el control mediado este periodo y empezaron a crear mucho peligro. Con Sergi Roberto y Rakitic muy activos y el trío atacante muy metido en su rol de buscar el gol, en especial Neymar y Suárez, el Barcelona tuvo tres buenas ocasiones para ponerse por delante. La más clara, en el 23. Neymar envió una falta a la cepa del poste izquierdo de Rico, el balón se paseó por toda la línea de gol y Piqué no acertó a meterla pese a que disponía de ventaja sobre Coque, que despejó.

En la reanudación todo cambió en una jugada clave. Una veloz y magnífica incursión por la derecha de Gameiro, dejando atrás a Mathieu, acabó en un centro que Krohn-Dehli convirtió en el 1-0 a los siete minutos del segundo tiempo.

Neymar pudo empatar a los cuatro minutos, pero Rico despejó in extremis con el pie. Aún así, el Sevilla, mucho más intenso, siguió robando balones y montó rápidas contras que volvieron a darle frutos seis minutos después de su gol y ante la pasividad de los azulgrana, cuando Iborra enganchó un centro de Krohn-Dehli e hizo el 2-0.

A partir de ahí, el Barcelona reaccionó, apretó al máximo y buscó con ganas recortar distancias. Neymar asumió toda la responsabilidad y fue una verdadera pesadilla para los andaluces. Marcó el 2-1 de penalti, a 16 del final, por manos de Tremoulinas.

El asedio azulgrana se multiplicó hasta el final. Agobiado al verse detrás en el marcador y con urgencias, el Barcelona puso cerco a la meta sevillista y estuvo muy cerca de empatar, sobre todo en un remate al poste de Sandro, solo y con todo a favor. El Sevilla se defendió con uñas y dientes y respiró aliviado por una victoria que despeja sus nubarrones.