Golpe al Academia Octavio en su línea de flotación. El equipo vigués pierde durante dos meses a Óscar Silva por culpa de una fractura en la mandíbula, de la que ya ha sido operado. El vigués había sido de largo el más entonado de la plantilla en el aspecto goleador en las cuatro primeras jornadas del campeonato. La temporada se le pone muy cuesta arriba a la tierna escuadra académica, que sigue sin conocer la victoria en Liga y que mañana por la mañana visita al Alarcos Ciudad Real en la primera eliminatoria de Copa del Rey, a partido único.

La Copa poco importa a nivel competitivo. En realidad, se agradece porque ocupa una de las semanas en las que Silva estará de baja, igual que Toni Corcera, que se luxó el hombro en Valladolid y al que todavía le falta una quincena para reintegrarse al grupo. En tales circunstancias, Jabato quería emplear el torneo copero para recuperar las sensaciones positivas de la pasada campaña y ya empieza a conformarse con que nadie más resulte dañado. El entrenador repartirá minutos entre los menos habituales. Algunos de ellos, como Gayoso y Andrés Piñeiro, tienen que incrementar su ritmo porque se les va a exigir una mayor cuota de participación para suplir la ausencia de Óscar Silva.

El lateral sufrió un encontronazo en un entrenamiento a media semana que no pareció al principio más que un golpe. Pero el intenso dolor no remitía. Silva, demudado, fue atendido de urgencias y quedó ingresado. Fue operado a la mañana siguiente y ya reposa en casa.

Jabato se queda durante estos dos meses sin su pieza más valiosa en el lanzamiento. Silva posee grandes cualidades, que demostró en la primera vuelta de la pasada campaña, la primera suya en Honor B. Su rendimiento descendió en la segunda vuelta, lo propio de sus escasos 19 años. En el actual ejercicio era una de las pocas noticias positivas en el juego del equipo. A Covadonga, Valladolid y Zamora les marcó ocho goles por choque. Solo flojeó en un partido liguero, precisamente ante el Alarcos, con un tanto.

Vigueses y manchegos vuelven a encontrarse por tanto apenas tres semanas después del 22-26 de Navia, con clara superioridad visitante pese al teórico equilibrio a nivel de calidad. El partido que despertó las dudas en el vestuario académico después de haber competido por la victoria en el debut en Gijón (27-26). Las posteriores derrotas ante Valladolid y Zamora, candidatos al ascenso a Asobal, son lógicas. Preocupa la irregular dinámica de juego y cómo puede afectar en el aspecto mental a un equipo tan joven, que el año pasado siempre disfrutó de una posición confortable en la clasificación. Jabato vuelve mañana a casa, ese Quijote Arena en el que se formó y que vivió las glorias del Ciudad Real. Pero sus preocupaciones le impedirán disfrutarlo.