La carrera de ayer de MotoGP en el circuito de Alcañiz no es para contarla, sino para verla. Y disfrutarla. Porque contada no es fácil hacerse a la idea de que lo sucedió en la pista turolense. Ganó Jorge Lorenzo, que suma ya seis victorias este año y sesenta en su carrera, y se cayó Marc Márquez por quinta vez en la temporada, diciendo así definitivamente adiós a sus opciones, ya antes pocas, de intentar revalidar la corona. Pero, sobre todo, Dani Pedrosa y Valentino Rossi protagonizaban una batalla épica en lucha por la segunda plaza como pocas, muy pocas veces se ha visto en la categoría reina. Un duelo ganado por el catalán que quizás tenga un efecto profundo en el Mundial.

Lorenzo, que venía de sumar en San Marino su primer cero de la temporada, dando con ello un paso atrás en su lucha con Rossi por el campeonato, tomó la cabeza de la prueba en cuanto se apagó el semáforo. Márquez, que tenía la pole, tardó en reaccionar y el balear le metió presión de inmediato. Tanto que en la segunda vuelta ya pulverizaba el récord de la pista. Un ritmo endiablado el suyo que Márquez fue incapaz de seguir. Forzó y rodó por los suelos. Su quinto abandono del año. El adiós definitivo al título. Lorenzo se quedaba en ese momento sin rivales en pista. Su ventaja sobre el entonces trío perseguidor formado por Pedrosa, Iannone y Rossi superaba los dos segundos y nunca estuvo en peligro.

Pero sin Márquez, Jorge Lorenzo también perdía un aliado en su particular batalla contra Rossi; un piloto que pudiera "robar" puntos al italiano. Lo encontró, inesperadamente, en el mejor Pedrosa de la temporada, en un piloto valiente y decidido como pocas veces se recuerdan. Él y Rossi no tardaron en relegar a Iannone y desde la cuarta de las 23 vueltas a las que estaba programada la carrera iniciaron un baile pegado. Dani conseguía unos metros de renta en la recta estirando la velocidad punta de la Honda (335 k/h por los 323 de su rival) y Valentino apuraba en las frenadas la suavidad de la Yamaha.

Así, sin cambios, se sucedieron las vueltas hasta que a cinco del final atronaron las trompetas anunciando la batalla. Y qué batalla. Primer ataque de Rossi, que logra superar a Pedrosa... para recuperar éste de inmediato la plaza.

A cuatro del final Valentino redobla sus intentos. Segundo y tercero. Ambos con idéntico final. A cada apurada de frenada del de Urbino responde con un acelerón el de Castellar del Vallés.

La tregua en la pelea durante la vigésimo primera vuelta fue como la calma que preludia la tempestad. El asalto final. Penúltima vuelta y cuarto ataque de Rossi, al que en esta ocasión ni tiene que responder Pedrosa pues Valentino apura tanto que se pasa de frenada.

Útima vuelta. Quinta intentona de Rossi; quinta respuesta de Pedrosa. Más que defender la segunda plaza el español parece estar jugándose el campeonato; más que defender el liderato el italiano parece estar jugándose el honor. Rossi aún lo intentaría una sexta vez... Y una sexta vez que se topa con un inmenso Pedrosa.

Nunca un líder de una carrera había sido menos protagonista de la misma que la de ayer en Alcañiz. Ganó Jorge Lorenzo a la chita callando, de puntillas, por delante del inmenso Pedrosa y del genial Rossi. El Mundial se aprieta. Quedan cuatro carreras y el italiano ve recortados de 23 a 14 puntos su ventaja sobre el mallorquín, quien no dudó en agradecer sobre el podio el trabajo del piloto de Honda. Hace nada enemigos más que rivales y ahora aliados. Hay batalla. Hay Mundial.