El Celta ha elegido tener una plantilla corta en efectivos profesionales. Una decisión que contiene el gasto salarial y deja espacio para el crecimiento de la cantera. Pero que supone vivir con cierto pánico cada contratiempo físico. Y el encuentro contra el Barcelona deja dos noticias desagradables, incluso aunque uno de los afectados no disputase un solo minuto: Augusto Fernández tendrá que ser operado de un dedo de la mano derecha, perdiéndose el encuentro contra el Getafe de la próxima semana; a Fontás no le desaparecen las molestias en el Aquiles de la pierna derecha y será sometido a nuevas pruebas.

Augusto pareció dislocarse el índice a los 15 minutos de juego, en una acción con Iniesta. Recolocado, vendado junto a otro dedo para asegurarlo, siguió jugando. Ayer abandonó el entrenamiento antes que sus compañeros para ser examinado mediante resonancia. Sufre una rotura tendinosa en el dedo. Será intervenido quirúrgicamente a principios de la próxima semana por José García Cota en el Hospital Vithas Fátima. El capitán céltico podrá jugar con protección mañana en Eibar. Sin embargo, el postoperatorio le obligará a causar baja el próximo viernes 2 de octubre ante el Getafe.

Fontás, por su parte, no se entrenó. Aunque convocado ante el Barça, tampoco había calentado ni al inicio ni durante el descanso con los suplentes. El catalán vuelve a estar de baja por una tendinopatía aquilea izquierda, con tratamiento de fisioterapia y recuperación. La persistencia de las molestias aconseja efectuar nuevas pruebas.

La baja de Fontás afecta a la retaguardia, la línea con menos efectivos. Al menos Cabral señalaba ayer que, aunque cansado, ha superado los problemas musculares que le hicieron ser sustituido en Sevilla.