Casi por sorpresa, después de que el Comité de Apelación anulase la sanción que le había sido impuesta por Competición, Jonny pudo ser finalmente de la partida. Una gran noticia para Berizzo, pues el compacto defensor de Matamá se convirtió en la sombra de Messi, al que marcó de forma admirable y obligó constantemente a moverse de zona.

Poco importa donde juegue este pequeño gran defensa celeste porque siempre cumple sobradamente con las expectativas incluso cuando se trata de anular al que muchos consideran el mejor jugador de todos los tiempos. Jonny consiguió dejar ayer a cero a Messi pero no lo hizo solo, sino que el jugador de Matamá se benefició en esta faceta de un formidable trabajo colectivo, ya no de la defensa, sino de todo el equipo, que presionó con una agresividad salvaje la salida de pelota azulgrana y montó un entramado defensivo sumamente sólido en el que la ayudas (Sergi Gómez estuvo inmenso en esta faceta) funcionaron con la precisión de un cronómetro suizo.

Y en la media docena de ocasiones en que la defensa celestes no fue capaz de contener al enrabietado tridente azulgrana, apareció El Gato, que impidió que el campeón de Europa se metiese en el partido con media docena de paradas imponentes. Con encuentros como el de anoche, es difícil imaginar límites a este equipo.