Once contra once por primera vez esta temporada, el Celta volteó al Sevilla en el Ramón Sánchez Pizjuán en un encuentro memorable, el mejor con diferencia en lo que va de curso. Los celestes se merendaron al campeón de la Europa League en un primer tiempo casi perfecto, puro talento y verticalidad, en el que cobraron una ventaja de dos goles, que administraron con oficio, sin descomponerse, cuando el Sevilla se reactivó y acortó distancias tras la reanudación. Todo un recital futbolístico, primoroso en lo formal, sustancioso en el método, ofreció el Celta ante uno de los grandes de la Liga, al que empequeñeció en 45 minutos de fútbol con mayúsculas, y al que, cuando se revolvió, supo sujetar con orden táctico y sentido colectivo. Diez puntos de doce posibles en cuatro jornadas suma el Celta, que tiene ya en el bolsillo una cuarta parte de la permanencia y el miércoles disputará en Balaídos al todopoderoso Barcelona el liderato de Primera División.
Dos puñales
Con un solo cambio en el once, el de Sergio Gómez por el renqueante Fontás, el Celta arrancó torrencialmente y dominó en el inicio de partido con una superioridad insultante al conjunto de Emery, que se dedicó a perseguir sombras en la calurosa mañana sevillana. La conexión banda a banda del Celta, como la denomina Paco Herrera, entre Nolito y Orellana hizo verdaderos estragos en el improvisado entramado defensivo del Sevilla (al que faltaban los tres centrales y el lateral izquierdo titulares) y puso contra las cuerdas a Sergio Rico, el cancerbero nervionense.
Wass dio los dos primeros avisos antes de que Orellana conectara con Nolito. Y el artista de Sanlúcar inauguró el electrónico con un tanto marca de la casa, tras quebrar a Barbosa con un recorte hacia afuera y fustigar al portero con un latigazo raso y ajustado al palo corto.
wass y los laterales
El recital estaba en marcha. Antes del segundo gol celeste, obra de Wass, Orellana estuvo a punto de sorprender al portero sevillista con un lanzamiento de 40 metros que levantó murmullos en el Sánchez Pizjuán. Pero fue el danés, asistido por Hugo Mallo, el que puso el estadio sevillista en pie de guerra, que silbó (y no tímidamente como Balaídos hace unos días) atronadoramente a los suyos. El gol de Wass , que suma en cuatro partidos tantos goles como Krohn-Dehli en tres años, fue un perfecto ejemplo del magnífico despliegue ofensivo realizado ayer por los dos laterales celestes. Tanto el marinense como Jonny ganaron el área hispalense con una facilidad pasmosa y llevaron mucho peligro e inquietud a la portería rival sin descuidar sus obligaciones defensivas.
reacción
Viendo que el partido se le escapaba de las manos, Unai Emery, el estratega nervionense, retiró a Vitolo, desaparecido en medio del torrente de juego del Celta, para dar la alternativa a Krohn-Dehli. Con el excéltico sobre el césped, el Sevilla ganó algo de presencia -Banega protagonizó la primera acción de peligro local un minuto antes del descanso- aunque fue el cambio de Fernando Llorente por el media punta argentino el que dio un inesperado vuelco a la situación. El Sevilla ocupó terreno, reclamó la pelota y buscó la portería de Sergio sin artificios, con balones largos y directos que generaron no pocos quebraderos de cabeza a la zaga céltica. José Antonio Reyes y Gameiro obligaron a lucirse al Gato de Catoira, que no pudo detener sin embargo a Llorente, que acortó distancias tras cabecear sin oposición en el segundo palo un centro desde la derecha de Mariano Barbosa.
berizzo mueve ficha
El gol sevillista obligó a Berizzo a reaccionar, sobre todo tras la lesión de Cabral, sustituido por Fontás, que no llegó a acusar los problemas físicos que le impidieron entrenarse con normalidad durante la semana. El preparador celeste cambió a Pablo Hernández, tocado también en un rodilla, por Radoja que, después de un tiempo a la sombra, debutó esta temporada fuera de casa con muy buenas prestaciones. La presencia del joven medio centro serbio proporcionó al Celta mayor fortaleza en el medio campo, dio desahogo a Augusto y permitió al equipo nivelar de nuevo la situación en un partido que ya no tuvo dueño hasta el final.
El Sevilla cortejó el empate con un misil de Krohn-Dehli al que Aspas, muy motivado y batallador ante su exequipo aunque no demasiado afortunado, replicó tras recibir de Nolito con un trallazo desviado por Rico, el mejor del Sevilla en el tramo final. El portero sevillista sacó con apuros otro disparo de Orellana y detuvo un buen lanzamiento de falta de Wass. La entrada de Guidetti, que tuvo tiempo para dejar un par de detalles de calidad, sirvió al Celta para lentificar el juego en el arreón final del Sevilla, que se fue por todas tras la rigurosa expulsión de Jonny a tres minutos del final.
posibles secuelas
Con el duelo ante el Barça a la vuelta de la esquina, el lustroso triunfo obtenido ayer en el Sánchez Pizjuán deja pequeñas secuelas con las lesiones de Pablo Hernández y Cabral, que son duda frente a los azulgrana, y la previsible sanción por un partido a Jonny.
