Flojo partido del Academia Octavio en su visita al Huerta del Rey, donde cayó derrotado de forma clara y justa ante un Valladolid que se mostró muy superior casi de principio a fin. Precisamente los vigueses comenzaron a cavar su tumba muy pronto, con un inicio horroroso que les obligó a jugar durante todo el primer periodo contra el reloj y sin posibilidad de error. Después de mucho sudor y trabajo consiguieron meterse en el resultado cuando el descanso estaba a tocar, pero en otros cinco minutos fatales, esta vez los finales de la primera, dejaron que los pucelanos volvieran a abrir brecha.

En el reinicio el grupo de Jabato no repitió errores pero las fuerzas duraron poco más de diez minutos, porque aunque se logró empatar el resultado al primer estirón de los locales, coincidiendo con una superioridad en pista, el resultado volvió a descoserse por tercera vez y ya no hubo vuelta atrás.

No entró nada bien en el partido el Octavio, tan poco enchufado que en los primeros cinco minutos de juego se vio totalmente desbordado en defensa por su adversario y encajó un doloroso y preocupante parcial de 5-0 que colocaba el resultado muy complicado a las primeras de cambio. Los vigueses sufrieron para frenar la conexión con Matias Viscovich y Fernando Hernández y sólo la entrada en escena de Gayoso y Quintas logró poner freno a la deriva inicial. Así, pese a que la distancia no se redujo, sí logró mantenerla y engancharse a la rueda de intercambio de golpes. Con todo, los académicos continuaron sufriendo en defensa.

Con 9-3 en el minuto trece se produjo un punto de inflexión positivo para los vigueses. El equipo aportó mayor dureza, olvidando por momentos su endeble seis cero por una cuatro uno uno que resultó más efectiva.

Pese a los contratiempos (a Corcera se le salió el hombro a las primeras de cambio y no jugaría más), el equipo se arremangó en el desgaste físico y mostró ambición arriba para meterse de nuevo en el resultado. Para empezar logró secar por primera vez al pivote local y cerrar a cal y canto los extremos, con lo que pasó a dominar el tempo de partido e imponerse en el juego incluso en momentos de inferioridad numérica. Con mucho esfuerzo y trabajo, de la mano del solvente Quintas y con unos grandes minutos ofensivos de Óscar Silva, llegó a los últimos cinco minutos de la primera parte con sus opciones intactas, 10-9. Cumplido el difícil objetivo el Octavio tuvo un bajón, no supo jugar el momento y de ahí al descanso Fernando Hernández volvió a machacar la red local colocando nuevamente una peligrosa renta de cara a la segunda, 14-10.

La segunda dio comienzo con el mejor Octavio visto en tierras pucelanas. Los gallegos volvieron a encontrar la tecla en defensa frenando las etales carreras de Fernando Hernández y con un extra de aportación ofensiva llegaría incluso a igualar 17-17. Entonces todo estaba en el aire, los vallisoletanos se colocaron dos arriba y llegó una exclusión visitante. El momento fue aprovechado por Valladolid para dar otro estirón. Después, con el cansancio físico en juego los locales exhibieron mejor banquillo y eso acabó por convencer a un Octavio que nunca bajó los brazos.