El Cortegada y el Celta se despidieron de la mano de la Copa Galicia. Ambos equipos dependían para clasificarse para la final de mañana ante el Universitario de Ferrol, no solo de su triunfo en Fontecarmoa sino también de que el resultado entre el Arxil y el Ensino le fuese favorable para sus intereses. Al final los resultados cruzados dejaron fuera a vilagarcianas y viguesas.

La superioridad del equipo de Rubén Domínguez era palpable desde la rueda de calentamiento. La diferencia de tamaño entre las pívots del Cortegada y las de su rival se medía en cuartas. Un hecho que terminó por convertirse en determinante con el paso de los minutos.

Ante esta inferioridad, Cristina Cantero propuso un juego muy abierto con prácticamente todas sus jugadoras tratando de generar ventajas a partir del uno contra uno. Una filosofía que incomodó bastante a las locales. Ya con un 36-24 en el ecuador, la segunda parte fue un quiero y no puedo por parte del Celta.