Rafinha Alcántara ha vivido en dos semanas los dos extremos que se pueden experimentar en el fútbol, como han sido el subidón de debutar con Brasil, y el derrumbe por una grave lesión, la que el miércoles le ocasionó el belga Radja Nainggolan, quien 'cazó' por detrás al barcelonista. Con la rodilla maltrecha, que deberá arreglarse en una operación para recomponer el ligamento cruzado anterior roto, al jugador se le ha acabado prácticamente el campeonato. En el mundo del fútbol ya se habla de la "maldición de los Alcántara".

Y es que los hermanos Alcántara no ganan para sustos en estos últimos años. Al patriarca de la familia, Mazinho, se le viene el mundo encima después de haber sufrido durante más de un año las vicisitudes que debió padecer el mayor por una grave lesión de rodilla, con recaída, en el Bayern.

Recuperado ya Thiago, que se perdió el Mundial, y siendo un jugador importante para Guardiola, a Mazinho solo le quedaba por disfrutar del pequeño y de su crecimiento. Cedido un año al Celta, con Luis Enrique como técnico, el Barcelona lo repescó la pasada campaña, en la que llegó a jugar 25 partidos, veinte de titular; catorce de ellos, en la Liga, con once encuentros en el once de gala.

Ahora la progresión de Rafinha se frena en seco, justo en un momento en el que el Barcelona estaba negociando su ampliación y mejora de contrato, algo que se espera que se concrete en breve, y más después del varapalo que acaba de recibir el jugador.

El patriarca, además, es consciente de lo que significa una lesión de rodilla. Él tuvo que dejar el fútbol por el desgaste de cartílago que le impidió retirarse del fútbol como le hubiese deseado, tanto él como una afición, la céltica, que le rindió culto hasta última hora en la que el futbolista no quiso asumir sus problemas físicos y optó por fichar por el Elche, equipo en el que no disfrutó del brillo que obtuvo anteriormente con Brasil, el Valencia o el propio Celta.

Ahora, sin Pedro Rodríguez en el equipo, al ser traspasado al Chelsea, Rafinha se postulaba como la opción preferente para ser el jugador número 12, tanto para cubrir una baja en el tridente como para salir en segunda opción en el centro del campo. Así fue en el Olímpico de Roma, donde Luis Enrique necesitaba un perfil de jugador que tuviese más llegada desde atrás ante el embotellamiento que se estaba produciendo en las inmediaciones del área del Roma.

La baja de Rafinha, además del problema personal, supone un grave contratiempo para el Barcelona, que se encuentra atrapado en la sanción de la FIFA que le impide fichar durante un año. A la espera de que se abra la ventana de invierno, y el club inscriba a Arda Turan y Aleix Vidal, no se descarta que el Barcelona vuelva a pedir a la FIFA que le permita cubrir la baja del lesionado, después de que ésta ya se pronunciase en contra hace poco, negando cualquier cambio de ficha.

Nainggolan ha pedido disculpas. "Hola Rafinha, lo siento mucho por la mala noticia, no fue mi intención hacerte daño. Espero verte pronto en el campo, un fuerte abrazo!!", escribió el jugador 'giallorosso' en su cuenta de Twitter. Nainggolan ya lesionó al joven Federico Mattiello del Chievo Verona la temporada pasada.

Desde Vigo le llegan a Rafinha numerosos mensajes de afecto. El celtismo se ha volcado en las redes sociales (undosnosos es el hashtag empleando en Twitter). El club celeste ha emitido un comunicado: "El Real Club Celta quiere transmitir a Rafinha todo su cariño y apoyo y enviarle un mensaje de ánimo. El club le desea una pronta y total recuperación que le permita continuar alcanzando éxitos en su prometedora carrera futbolística". Sergi Gómez, excompañero en el Celta y el Barcelona B, afirma: "Es una gran pena, además por cómo ocurrió todo, nada más entrar en el campo. Le mando un abrazo y le deseo toda la fuerza del mundo para que se recupere bien y rápido".