El Sevilla debutó en la Liga de Campeones con una goleada al Borussia Mönchengladbach, en un choque donde el equipo español, aunque empezó sin efectividad en el remate, fue muy superior al rival y en el que dispuso de tres penaltis, de los que marcó el primero, falló el siguiente y anotó el tercero.

El triunfo de los sevillistas, que jugaron un buen partido con buenas incursiones por las bandas y un fútbol intenso ante un cuadro alemán sin fluidez ni claridad arriba, se cimentó tras el descanso, cuando Gameiro hizo de penalti el 1-0 nada más empezar y luego falló otra pena máxima, tras lo que Éver Banega no desperdició el segundo penalti y Konoplyanka redondeó el marcador con el 3-0 al final.

Se veían dos viejos conocidos, pues ya se enfrentaron hace siete meses en la Liga Europa que acabó ganando el Sevilla en la ronda de dieciseisavos, con sendos triunfos del cuadro español (1-0 y 2-3) en una eliminatoria muy igualada.