Para bien o para mal, esta temporada todavía no se conoce cómo responde el Celta en un partido de once contra once. En sus tres primeros partidos de Liga ha jugado de igual a igual solo veintitrés minutos: cuatro contra el Levante, nueve frente al Rayo Vallecano y diez hoy ante Las Palmas. En este arranque liguero los celestes han conseguido forzar tres expulsiones tempranas -una en cada partido- lo que les ha permitido afrontar cada duelo con una supuesta superioridad. Sinembargo, con la excepción del choque frente al Rayo de hace dos semanas, a los celestes les ha pesado esta ventaja numérica.

Frente a la UD Las Palmas, que se quedó a los diez minutos sin su portero titular Javi Varas después de que el ex del Celta derribase a Aspas en el área, los célticos no fueron capaces de controlar un partido que llegaron en el que por dos veces ganaron con dos goles de diferencia. El conjunto visitante reordenó su centro del campo y explotó sus armar para torpedear la meta de Sergio, que recibió tres tantos. Ya fuese por exceso de confianza o por una mala gestión de los tiempos del partido, el Celta se disparó en su propio pie al no ser capaz de poner la correa a los canarios.

Algo parecido aconteció en la primera jornada en el Ciutat de Valencia frente al Levante, que perdió a Simao Mate en el minuto cuatro por una agresión a Aspas. El Celta estuvo espeso ante un rival que se encerró atrás y sacó partido al balón parado con un libre directo de Verza. Suerte que en esta anterior ocasión los goles de Orellana y Aspas le varieron a los vigueses los tres puntos.