Entrando ya en octavos de final, el Abierto de Estados Unidos acumula anécdotas dentro y fuera de las pistas más o menos relacionadas con el tenis, con muchas retiradas, sorpresas, un dron y, por supuesto, Serena Williams.

Este Abierto de Estados Unidos empezó con una derrota: las obras en el estadio principal, el Arthur Ashe, no se acabaron a tiempo y las 6.500 toneladas de acerco que componen el techo retráctil se erigían por encima de la pista pero sin el mecanismo que las hace útiles.

En la primera ronda del Abierto se produjo un récord; nunca antes había habido tantas retiradas: 10 jugadores en el cuadro masculino y dos del femenino. Hubo muchas lesiones y algunos golpes de calor, pero también se alzaron voces que detrás de esas retiradas se escondía una razón económica, pues ese primer partido se cobra a 39.000 dólares se acabe o no.

Con la épica derrota de su capitán, Rafael Nadal ante el italiano Fabio Fognini y después de que también cayera ante Jeremy Chardy David Ferrer, número siete del mundo, la armada española que llegó con seis jugadores a la tercera ronda se quedó con solo dos representantes en octavos. Lucharán por el honor español Roberto Baustista y Feliciano López. El primero se enfrenta hoy a Novak Djokovic y el segundo a Fognini.

No pasó de la segunda ronda, pero la estadounidense Coco Vandeweghe ha sido una de las jugadoras que más ha dado que hablar por un berrinche que, en el partido en el que quedó eliminada ante Bethanie Mallek-Sands, aplacó su ira rompiendo su raqueta contra el suelo en repetidos golpes.

Ya lo dijo Tommy Robredo: "En el Abierto de Estados Unidos no hay tiempo para calentar. Quien esté frío se tiene que ir a casa". Y a casa se han ido ya algunos cabezas de serie. Entre ellos, el más destacable ha sido Kei Nishikori, que el año pasado sorprendió por llegar a la final y este año, ya como número 4 del mundo, se pegó el batacazo en la primera ronda.El ganador inesperado del año pasado, el croata Marin Cilic, tuvo complicaciones con Mikhail Kukushkin en la tercera ronda, y el anterior vencedor, Rafa Nadal, cayó en tercera ronda, aunque con la solidez de Djokovic y Roger Federer parece que este año podría haber una final entre grandes.