El Frigoríficos del Morrazo comenzó la temporada con mal pie al caer ante el Villa de Aranda por 37-34 en un encuentro en el que se mostró muy débil en la parcela defensiva. La escuadra que dirige Pillo no mostró su habitual contundencia en la retaguardia, y fue a remolque durante todo el partido, llegando a tener una desventaja de nueve goles que posteriormente reduciría.

No estuvieron cómodos los cangueses en ningún momento. Del empate a cuatro se pasó muy rápidamente al 8-4, marcando la tónica de lo que sería el primer tiempo. El ex del Cangas Javi Santana catapultaba a los suyos mientras que en los gallegos Yeray Lamariano no tenía su mejor día, bien es cierto que sin la necesaria aportación de su defensa. De este modo, si los de Jacobo Cuétara recurrían en los primeros minutos a sus pivotes, luego dieron el relevo a los lanzadores, con especial mención al brasileño Maestro, que acabó con 10 dianas en su casillero. El Cangas se veía incapaz de frenar a su rival (16-11, minuto 24) y solamente una exclusión de Moyano permitía reducir diferencias al paso por vestuarios (16-14).

Sin embargo, las cosas no se enderezaron en el segundo tiempo. Dos exclusiones consecutivas en el arranque de Cerqueira y Da Costa disparaban a los castellanos en el marcador (21-15, minuto 34), que parecían romper el partido de forma definitiva (26-17, minuto 40, con tiempo muerto de Pillo). Pero aunque no esté brillante, el Frigoríficos nunca pierde la cara. Una fulgurante reacción le hizo situar el 26-21 (minuto 42 con tiempo de Cuétara) y el 26-23 (minuto 44 con nuevo tiempo del técnico local). Los visitantes apretarían aún más la soga (26-24, con balón para colocarse a uno) pero una pérdida abortó la reacción (0-7 de parcial en apenas cinco minutos de juego) y permitió recuperarse a los locales, que respiraban aliviados.