Un accidente en el Rally Cidade de A Coruña, que regresó este sábado a los viales tras más de una década de ausencia, provocó la muerte de seis personas, dos hombres, tres mujeres, dos de ellas embarazadas en avanzado estado de gestación y una niña, hija de otra de las fallecidas. Dejó además, dieciséis heridos, de los cuales cuatro son menores. En la mañana de este domingo cinco de los heridos han sido ya dados de alta pero una persona permance en estado muy grave en la UCI.

El accidente se produjo pasadas las siete y media de la tarde, cuando un vehículo que participaba en el rally (Peugeot 206 XS) se salió de la carretera, en un tramo recto cuesta abajo entre dos curvas a la derecha, una de ellas, que el coche ya no llegó a tomar, muy cerrada, en las inmediaciones de la iglesia de Santo Estevo de Paleo, y arrolló a un grupo de aficionados, que estaban fuera de la carretera, en la parte derecha de la vía.

El vehículo dio contra unos árboles del lado derecho de la calzada y, tras el impacto dio vueltas de campana, llevándose por delante al público que había acudido a ver la prueba deportiva en una jornada que, en Carral, era festiva.

Molano indicó que tanto el piloto como el copiloto del automóvil siniestrado -S. Tabeayo y L. Prego, según se podía leer este sábado en una de las lunas traseras del coche- no habían sufrido lesiones físicas. "Piloto y copiloto están en perfecto estado, los están atendiendo los psicólogos", explicó el teniente coronel pasadas las diez de la noche, cuando la juez ya había levantado los cadáveres y la grúa se había llevado el automóvil siniestrado, que se quedó fuera de la calzada, con la parte trasera encajada entre los árboles y el morro mirando hacia la vía.

El capitán Del Río, del subsector de Tráfico de A Coruña, apuntó a que "desde el punto de vista psicológico, los más afectados" por lo que había ocurrido "quizá fuesen el piloto y el copiloto".

A pesar de que ambos abandonaron el lugar en un vehículo de la Guardia Civil, Molano aseguró que no habían sido detenidos tras el accidente sino que se habían abierto "diligencias" y que se les estaba "tomando manifestación" para dilucidar cuál era "la responsabilidad tanto del piloto como del copiloto" si es que habían tenido alguna. "Todavía es pronto para saber si son responsables" o si el siniestro se produjo por "una causa ajena a la voluntad o a la circunstancia que ellos pudiesen provocar".

La investigación, que la lleva la Guardia Civil bajo la tutela de la autoridad judicial -ayer por la noche estaba de guardia el Juzgado número 8-, se prolongó durante horas -a las 23.00 horas todavía seguían los agentes en el lugar-, con el estudio de la zona en la que se había producido el siniestro y con la toma formal de declaración a algunos de los testigos del accidente.

Todas las víctimas estaban situadas en la parte derecha de la carretera, en un lugar permitido por la organización y que, en principio, no era peligrosa. Molano defendió que, antes de ponerse en marcha la carrera, se habían comprobado todas las medidas de seguridad y que no había ningún indicio que indicase que se podría producir un accidente. "Se había comprobado la documentación, el estado de los conductores, de los vehículos y todo era correcto, pese a ello, se producen eventos de este tipo", lamentó Molano, que confirmó que, entre las víctimas, había relación de parentesco.

Una de las fallecidas, que estaba embarazada de nueve meses y salía de cuentas este domingo, según explicó una de sus amigas, que estaba viendo el rally, era la pareja de uno de los jóvenes fallecidos.

Los testigos del accidente apuntaron a que los servicios de emergencias no habían llegado a tiempo para atender a las víctimas y denunciaron que la primera ambulancia había llegado al lugar de los hechos veinte minutos después de que se produjese el siniestro. Los testigos aseguraron también que, en el momento del accidente, tan solo había un miembro de Protección Civil en la zona, que intentó controlar la situación mientras algunos asistentes llamaban al 112, número de emergencias.

La sección médica organización, sin embargo, explicó ayer, que había medios suficientes para atender a los heridos y que, tan solo en este sector de 12 kilómetros de la prueba deportiva había tres ambulancias, dos de ellas, Unidades de Vigilancia Intensiva Móviles, así como dos coches con equipación para rescates. Fuentes de la sección de intervención médica de la prueba aseguraron ayer que, tras el accidente, se paralizó la prueba y que todos los servicios de atención se desviaron a esta parte del recorrido para atender a los heridos.

"La prueba tiene su servicio médico en carrera. Que llegase cinco minutos antes o después el resultado variaría poco", defendió ayer el capitán Del Río.

Una de las jóvenes que ayer lamentaba la muerte de su pareja de amigos explicó que, si bien ella, con otro grupo de compañeros había elegido ponerse en la zona izquierda del trazado, y que la organización le había pedido que se retirasen unos metros y que se alejasen de la carretera, los que se habían colocado en la parte derecha no habían recibido ninguna indicación que les prohibiese ver el rally desde la posición que habían elegido.

El alcalde de Carral, José Luis Fernández Mouriño, declaró ayer en el programa deportivo El Larguero, de la Cadena SER, que si él hubiese ido con sus niños a ver la prueba deportiva se hubiese situado justo en el mismo sitio que los fallecidos. "Muchas veces somos algo atrevidos y nos ponemos donde no hay seguridad pero, en este caso, aparentemente, no había peligro", declaró Mouriño.

La misma tesis defendió otra de las aficionadas a las carreras de coches, Noemí Pedrós, que explicó su vivencia ayer, en el programa Tiempo de Juego, de la cadena COPE. "Sí que era un sitio seguro. El problema fue que se fueron al otro lado de la curva", declaró esta mujer. "Soy de las primeras que me pongo en esos sitios. No ha sido una irresponsabilidad sino todo lo contrario", indicó esta oyente y defendió que, en la "parte peligrosa" no había público.

Por el impacto del coche, con un joven de Carral al volante y otro de Cerceda como copiloto, murieron, al menos, tres vecinos de Cambre.

El accidente dejó heridas a varias personas que tuvieron que ser trasladadas rápidamente a diversos hospitales. Once adultos fueron atendidos en el Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac). Uno se encontraba anoche en estado crítico, según informaron fuentes del centro y el Materno Infantil recibió a cuatro menores, tres graves. Otro niño fue trasladado al Hospital Modelo.