Cuanto más alto es su rendimiento en la Liga española, más prolongada es su ausencia en la selección chilena, donde llegó a ser un ídolo de la afición tras marcar el gol que supuso el primer triunfo de La Roja ante su vecina Argentina.Sampaoli, que confió en Fabián Orellana cuando atravesaba malos momentos en Granada o en Vigo, se ha olvidado de El Poeta. El futbolista se lo toma con resignación. Ese sosiego también le ha permitido rectificar su mal carácter con los árbitros. Quien fue el más amonestado del Celta la pasada temporada, con trece cartulinas amarillas, no ha visto ninguna en las dos primeras jornadas de la presente Liga.

"Cuando renové con el Celta dije que uno de mis objetivos era cambiar en cuanto a las tarjetas amarillas, intentar protestar menos y dedicarme más a jugar para no desconectarme del partido", señaló ayer Orellana durante su comparecencia pública en A Madroa en referencia a sus avances disciplinarios.

El chileno se ha convertido en uno de los futbolistas más destacados del equipo vigués en lo que va de verano. "Creo que la temporada pasada ya rendí muy bien, espero repetirlo este año. Me siento muy cómodo dentro del terreno de juego", indicó Orellana, quien considera una "muy buena noticia" la continuidad en Vigo de su compañero Manuel Agudo, Nolito, porque es un jugador "muy importante", subraya. Ambos, junto al moañés Iago Aspas, forman uno de los tridentes de ataque más efectivos de la Liga en estas primeras jornadas. El Celta es el equipo más goleador de Primera, con cinco tantos, empatado con el Eibar y el Real Madrid.

Sin embargo, Orellana espera que su trabajo sea reconocido también en Chile. El seleccionador lo dejó fuera de la pasada Copa América y tampoco lo convocó para los compromisos internacionales de estos días. "No sé lo que no le gustará de mí [a Sampaoli], si es como futbolista o como persona, pero yo trabajo para que algún día me llamen. Ahora me toca verla y apoyarla desde fuera. Personalmente, veo difícil estar en la selección porque no soy del gusto del entrenador", asume el atacante celeste, que tuvo sus diferencias con el seleccionador al negarse a participar en la concentración previa al torneo continental que acabó ganando el combinado chileno.

El buen arranque liguero del Celta lo justifica Orellana porque el equipo mantiene la base del curso anterior. "Somos casi los mismos que el año pasado, ya nos conocemos de memoria, y eso ayuda a que salgan bien las cosas porque facilita el trabajo. Pero todavía queda mucho más para seguir creciendo", apunta Orellana, para quien el objetivo principal del equipo es la salvación: "Hay un equipo sólido que, según cómo vaya transcurriendo la Liga, te va a permitir soñar con otras cosas, pero lo primero es llegar pronto a los 43 o 45 puntos".

"Física y futbolísticamente me encuentro muy bien", dijo Orellana antes de agradecer la "libertad" de movimientos que le concede Berizzo. Eso le permite irse "para adentro" y poder dar "más asistencias" a sus compañeros. Orellana es feliz, a pesar de Sampaoli.