Cuatro tripletes en campeonatos globales (dos en Juegos Olímpicos y dos en Mundiales) y once medallas de oro en mundiales, dejando escapar una sola -aquel nulo en la salida de 100 metros de Daegu- durante los últimos siete años, agotan los adjetivos para describir la trayectoria descomunal de un velocista inmisericorde con el enemigo, Usain Bolt.

La leyenda viva del atletismo logró su tercer oro en los Mundiales de Pekín como último relevista del cuarteto de Jamaica, que ganó la final de 4x100 con un tiempo de 37.36. Estados Unids, que había llegado en segundo lugar, a 41 centésimas, fue descalificado por realizar el tercer cambio fuera de zona. El habitual ridículo de los americanos en los relevos.

Bolt parecía en grave riesgo de perder la hegemonía mundial de la velocidad en esta segunda visita a Pekín, pero de las capas profundas de su memoria rescató escenas que asombraron al mundo en los Juegos Olímpicos del 2008, cuando arrasó por primera vez los récords mundiales de 100 (9.69, 200 (19.30) y 4x100 metros (37.10). Y no dejó que Justin Gatlin se saliera con la suya.

El campeón individual de 100 y 200 metros remató el triplete dorado en Pekín como último relevista del equipo de Jamaica, otra vez ganador, ahora con una marca de 37.36, frente a un cuarteto estadounidense que al final resultó descalificado.

El tercer intercambio del cilindro, entre Tyson Gay y Mike Rodgers, se produjo fuera de zona, y Estados Unidos, que había llegado lejos en segundo lugar (37.77), cedió la medalla de plata a China (38.01), y el bronce fue para Canadá (38.13). Daba igual que fuese válida la entrega porque Estados Unidos había perdido la ventaja que había tomado en los dos primeros relevos en los que Jamaica corrió bien pero mostró muchos defectos en la entrega del listón. Pero Ashmeade corrió una gran curva -algo que no hizo Tyson Gay- y logró acercarse a los americanos antes de la última entrega. En condiciones normales a los americanos no se les hubiera escapadao la victoria, pero con Bolt en la última posta no se podía descartar nada. Esa presión de apurar al máxima sin cometer un error perdió a los americanos. Rodgers arrancó antes de tiempo, Gay no era capaz de hacer la entrega y tuvo que gritar a su compañero que esperase. Ese frenazo les condenó por completo. Ashmeade entregó bien a Bolt y aquello fue un festival, un cohete que atravesó la recta final para ganar el tercer oro de este Mundial, el undécimo de su carrera.

Bolt achacó la descalificación de Estados Unidos a la "presión" que experimentaba al salir como campeón de los World Relays, una nueva competición creada este año por la IAAF. "Eso se llama presión. Ellos ganaron los World Relays y la presión estaba sobre ellos", comentó el ídolo jamaicano, que agradeció el trabajo de todo el equipo de Jamaica.

Sobre el desarrollo de la final, explicó: "Vi el lío que había en el 300 y me sentí feliz de no estar allí. Como ha dicho Asafa (Powell), este es un gran equipo, hemos hecho un trabajo muy serio desde la salida y se lo agradezco a todos. Los relevos son mi prueba favorita".

Relevo femenino

En el relevo corto femenino la batalla tenía iguales protagonistas y el desenlace fue el mismo: Estados Unidos, campeón olímpico y plusmarquista mundial (48.82 en la misma carrera de Londres 2012), hubo de inclinar la cerviz ante Jamaica, la campeona del mundo, liderada por la pequeña Shelly-Ann Fraser-Pryce.

Una vez que el testigo estuvo a salvo en manos de ésta, la campeona del 100, el triunfo jamaicano estaba asegurado. Por la calle seis, Veronica Campbell-Brown, Natasha Morrison, Elaine Thompson y Fraser-Pryce dieron cuenta del cuarteto estadounidense (English Gardner, Alyson Felix, Jenna Prandini y Jasmine Todd), que corría justo a su izquierda: 41.07, nuevo récord de los campeonatos.