Rubén Blanco ha tenido el más amargo reestreno que pueda imaginarse. El héroe de la milagrosa salvación conseguida por el Celta en mayo de 2013 se ha lesionado de gravedad en la primera oportunidad que se le presentaba para alzarse con la titularidad en la portería celeste, un privilegio que el cancerbero de Mos solo pudo saborear fugazmente cuando las lesiones consecutivas de Sergio Álvarez y Javi Varas pusieron en sus manos el destino del equipo.

Un cruel guiño del azar ha querido que la misma lesión que le catapultó a la gloria lo aparte ahora de los terrenos de juego no menos de dos meses y medio, quizá tres. Rubén Blanco sufre la luxación acromioclavicular de tercer grado en el hombro izquierdo, exactamente la misma sufrida por Sergio en marzo de 2013 que abrió al portero de Mos la posibilidad de debutar en Primera División. Sergio se la produjo durante un entrenamiento; Rubén en el tramo final del encuentro cuando salió a atajar un balón y sufrió primero un choque con Gustavo Cabral y luego se le cayó sobre el hombro izquierdo el granota Deyverson Silva.

El guardameta celeste fue intervenido ayer tarde con éxito por el jefe de los servicios médicos del Celta, Juan José García Cota, en la Clínica de Fátima. Tras la intervención de los médicos el pronóstico es más o menos el esperado. Rubén estará de baja entre ocho y seis semanas, quizá más, ya que el daño en los ligamentos del hombro era algo mayor de los esperado. "Rubén tenía una lesión en el hombro que consistía en una luxación del extremo externo de la clavícula y de los ligamentos que la unen al hombro y la intervención se hacía necesaria", explicó el facultativo, que precisó que se sometió también al jugador a una resonancia magnética "para confirmar que no había otro tipo de lesión ósea ni tendinosa".

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El doctor García Cota resumió los detalles de la operación, que se prolongó durante hora y media: "Lo que hemos hecho es un cirugía de reducción, es decir, colocar de nuevo el hueso en su sitio, y de reconstrucción de algunos de los ligamentos que estaban lesionados y otros los hemos sustituido por un material de suspensión para que se mantenga en su sitio".

El jefe de los servicios médicos del Celta desveló que el alcance de la lesión es más o menos el esperado, pues en su primera exploración la víspera ya pudo comprobar que la clavícula "estaba bastante desplazada" y estableció el periodo de baja del futbolista "entre ocho y diez semanas". "Luego ya veremos cómo evoluciona la lesión pero hay que tener en cuenta el puesto en el que juega Rubén y para pensar en poder jugar seguro que no va a ser menos de este tiempo", aseveró.

Tras un breve periodo de inmovilización, Rubén Blanco no tardará en iniciar el proceso de rehabilitación. "Va a llevar un cabestrillo pero muy pocos días. En una semana o diez días vamos a comenzar ya con ejercicios de movilización del hombro. Con la estabilidad que hemos conseguido podremos hacerlo", expuso el cirujano celeste.

El futbolista se encontraba ayer bien y bastante animado, aunque algo nervioso. "Está bien, todavía bajo el efecto de la anestesia. Antes de la intervención estaba con los nervios típicos que se pueden tener esta operación y con el malestar que se puede tener al sufrir una lesión en este momento de su carrera deportiva, pero es un denominador común a todos los lesionados y seguro que dentro de unos días ya va a pensar en positivo", detalló el facultativo, que prevé dar mañana a Rubén el alta hospitalaria.

Como acostumbra suceder en el fútbol, la desgracia de Rubén Blanco se ha convertido en oportunidad para Néstor Díaz, el portero firmado este verano para reforzar al conjunto filial y elegido por Berizzo como suplente para el partido contra el Levante.

"Estoy viviendo un sueño", declaró a Efe tras el choque el guardameta catalán. Díaz, que entró en el segundo en el partido en el minuto 85 en sustitución de Rubén y vivió los momentos de acoso finales del rival, añadió que no se paró a pensar demasiado en la difícil papeleta que debía resolver. "En ese momento no te paras a pensar mucho, intentas asimilar que vas a entrar en el campo y a debutar en Primera. Es un fastidio porque no gusta debutar por una lesión de un compañero sino por méritos propios, pero estoy muy contento", dijo. Y remachó: "Entré en el campo muy tranquilo, sin ningún tipo de nervios ni miedo. Era un partido más, y al final sólo tienes que hacer lo que has aprendido durante estos años".