No pudo ser. Los celtistas que este mediodía abarrotaron la grada de A Madroa no pudieron ser testigos de la proeza que planificaba el Celta Juvenil División de Honor.

Los pupilos de David de Dios estaban obligados a remontar el tres a uno encajado en Vallecas para meterse en la final de la Copa del Rey. El Celta creyó en todo momento en sus opciones. Salvo un susto inicial del Rayo, las ocasiones cayeron del bando celeste.

Julio Delgado y Yelko Pino eran los primeros en coquetear con el gol. Sin embargo, el premio al dominio local no llegaría hasta la recta final del primer tiempo. Al filo del descanso, Rocha abría el marcador tras cazar en el segundo palo un centro de De Paz.

En la segunda parte el guión fue el mismo que en los primeros 45 minutos. La eliminatoria estaba abierta. El Celta estaba a sólo un gol de la finalísima. Hubo ocasiones, pero al final la fortuna sería para el Rayo. Pasada la hora de partido, Juancho culminaba una contra batiendo a Ángel. La empresa se le complicaba a los de David de Dios.

El Celta siguió creyendo. Arriesgó para anotar ese tanto que le diese de nuevo opciones, pero éste llegaría demasiado tarde. Julio Delgado, ya en la prolongación, ponía de nuevo a los locales por delante en el electrónico tras un remate de volea.

Ya no había más tiempo. El Celta lo había intentado, pero se quedó a unos centímetros de una remontada que habría significado cerrar a lo grande una temporada ya de por sí espectacular. Triunfo insuficiente que cierra un gran curso de una hornada que a medio plazo promete dejar su sello en el primer equipo.