El Deportivo obró el milagro en el Camp Nou y seguirá en Primera después de un partido agónico para los deportivistas y festivo para los azulgrana, que celebraron el título de Liga y despidieron a Xavi. El Depor empató el partido en el minuto 75 gracias a un tanto de Salomao (2-2), que desató la alegría en el deportivismo, que después de haber visto lo visto antes del tanto no daba ni un duro por la hombrada de los suyos, ya que estuvieron completamente sometidos al Barcelona.

El cuadro local se encontró con un Deportivo triste, que daba por bueno el empate pero que ya en el minuto 4 vio cómo se le desmontó el argumento que había hecho que los de Víctor Sánchez se echasen atrás para evitar que el rival les hiciese un siete.

Ni con el gol en contra el Depor despertó, al contrario, se agazapó aún más junto al área de Fabricio, para evitar una goleada y dar casi por perdida la categoría esperando que cayese una acción fortuita.

Antes de que el milagro del Deportivo se consumase, el Barcelona fue el dueño del partido, con un dominio insultante del balón, moviéndolo a placer de lado a lado, buscando el espacio para hacer daño e impedir que el conjunto gallego armase ni un sólo contragolpe.

El Deportivo se estiró un poco en la segunda mitad y las aproximaciones en el campo del Barça fueron más frecuentes, incluso en las inmediaciones del área del Masip. El partido parecía quedar sentenciado en el 60, cuando en un contragolpe Neymar llegó hasta el punto de penalti y ante la salida de Fabricio le cedió el balón a Messi para que rematase la faena (2-0).

El Depor ya sí que parecía entrar en el desguace y con los dos pies en segunda, pero el tono bajo del Barça permitió que su rival reaccionase y en el 67 un centro de Borges acabó con el balón rebotado y en los pies de Lucas, que a la media vuelta marcó un golazo (2-1).

El tanto fue un halo de aire fresco en un Dépor al que se le encendieron de golpe las luces. Fue entonces cuando el grupo de Víctor Sánchez creyó que algo bueno podía pasar si daba un paso al frente.

Fue en el 75, después de que en el minuto 70 Medunjanin enviase un balón al travesaño, y de que Neymar y Xavi fallasen el tercero, que una falta en la frontal propiciase tres disparos seguidos, el último letal, en el que Salomao batió a Masip (2-2). A partir de entonces, el Depor vivió una agonía, incluidos los cinco minutos de añadido, en los que sacó todo el repertorio que le quedó para perder todo el tiempo posible, mientras que el Barcelona se lo miró sin mucho estrés.