Un par de temporadas han bastado a Manuel Agudo Durán, Nolito para el fútbol, para dejar una indeleble huella en el Celta. Y no por su simpatía natural, que le sobra, sino por haber desplegado un talento futbolístico como no se veía en Balaídos en mucho tiempo. El Duende de Sanlúcar se ha convertido por derecho propio en el gran referente ofensivo del equipo celeste en la segunda década del siglo, con una influencia sobre el juego de ataque comparable a la que tuvo en su día el gran Alexander Mostovoi, para muchos el mejor futbolista que ha vestido la zamarra celeste.
Nolito es, de hecho, el primer jugador del Celta que consigue dobles dígitos (10 o más goles y asistencias) con el Celta desde que El Zar lo hizo hace casi lustro y medio, en el lejano curso 2001-02. Mostovoi firmó entonces 10 goles (su máxima cifra de anotación con el Celta la Liga) y 12 asistencias; el sanluqueño suma 11 dianas y ha servido otras 11 a sus compañeros, con la ventaja de que puede todavía mejorar sus números en los cuatro que encuentros que restan para finalizar el campeonato. Y Nolito está finalizando la competición en un pico alto de forma, como demuestra el hecho de que ha anotado consecutivamente en los tres últimos partidos.
No muchos más futbolistas pueden presumir de dobles dígitos esta temporada. En la Liga española este privilegio parece estar reservado solo a los más grandes. Cristiano Ronaldo (39 goles y 15 asistencias), Lionel Messi (38, 1), Luis Suárez (13, 12) y James Rodríguez (12,10) son los únicos que por ahora lo han conseguido además de Nolito.
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La influencia del sanluqueño en el juego del Celta no es menor a la de estos grandes futbolistas en sus respectivos equipos. Tampoco es menor que la que en su día tuvo Mostovoi. La diferencia seguramente es que el influjo del ruso era mayor a la hora de activar y hacer jugar a los compañeros y el del sanluqueño, que el pasado curso ya hizo 14 goles, tiene más peso en el marcador.
El protagonismo de Nolito en el juego de ataque celeste es, en todo caso, indiscutible. La mayoría de sus goles y asistencias han dado puntos al Celta. Se le acerca solo Larrivey, con 11 goles y dos asistencias, aunque los tantos del delantero argentino no ha servido para sumar tantos puntos como los rubricados por el jugador de Sanlúcar.
El atacante andaluz está acabando la temporada como la empezó, marcando y sirviendo goles a un ritmo como no se veía en mucho tiempo en Balaídos. Nolito se estrenó con un gol y una asistencia contra el Getafe en el partido inaugural de la temporada (3-1), en el que también anotaron Larrivey y Orellana. En la segunda jornada, Nolito asistió al jugador de Santiago de Chile en el gol que dio al Celta el empate ante el Córdoba en Balaídos y no mucho después, en la cuarta, marcó de penalti el tanto que significó el empate en el Vicente Calderón.
Manuel Agudo fue también el atacante más determinante del Celta en el clásico gallego de Balaídos, anotando el primer tanto y dando luego a Larrivey el que permitió al Celta llevarse el partido. En la sexta jornada, en el Martínez Valero, Nolito puso por primera vez la que ha sido una de sus especialidades esta temporada: anotar el gol de la victoria celeste. Esto lo repetiría luego el artillero de Sanlúcar en la jornada vigésimo primera, frente al Eibar en Ipurúa, en la trigésimo segunda, y esta misma semana en el decisivo duelo frente al Málaga.
En otras ocasiones, el sanluqueño ha anotado el gol del empate, como ocurrió en San Mamés (jornada 8), o en Anoeta (jornada 22) o ha participado de forma decisiva en una victoria de gran calado, con el imprevisible taconazo que permitió a Larrivey certificar en noviembre pasado el histórico triunfo del Celta en el Camp Nou. Nolito también ha brillado con luz propia cuando no ha marcado, con tres asistencias, en la reciente goleada endosada al Rayo Vallecano en Balaídos (6-1).
Muy pocas veces los goles y las asistencias del Nolito no han servido al Celta para sumar puntos. En este apartado, hay que computar apenas el golazo que le hizo hace un par de jornadas a Iker Casillas en la visita del Real Madrid en Balaídos, la asistencia a Charles en la derrota sufrida en el Coliséum Alfonso Pérez o la proporcionada a Augusto en el partido perdido de forma clara en El Madrigal.
