Partido de emociones a flor de piel, aunque fuese en un lunes desapacible, cuya huella se notó en los asientos vacíos. Porque era el primer encuentro sin la grada de Preferencia, tapada mediante una lona mientras no se comienza a prolongar Tribuna, y era sobre todo el primer partido en los últimos 75 años sin Basilio Ferreiro de abonado.

Al luto por el socio número 1 se unió el dolor por la muerte del presidente del Amfiv, Pablo Beiro. Por primera vez en mucho tiempo Balaídos empezó a aplaudir en vez de guardar silencio durante el minuto preceptivo de homenaje. Nada enturbió ese aplauso sentido.

Después, en el minuto 23 por cocindir con su dorsal, y como se había publicitado en las redes sociales, Balaídos le pidió a Michael Krohn-Dehli que no abandone el equipo a final de temporada. Pudo ser un día redondo para el danés, protagonista en el gol, pero también víctima en la acción del penalti que supuso el empate.